miércoles, marzo 28, 2018

¿VEGANO = WEG...ANO?


Vegano: que practica el veganismo ( = actitud consistente en rechazar alimentos o artículos de consumo de origen animal )

He hecho un interesantísimo estudio sobre la etimología de la palabra "vegano" y creo que es muy posible que derive de la fusión de una palabra alemana ("weg") que significa "camino" y la más predecible "ano" que ya sabes tú lo que quiere decir. El significado resultante sería algo así como "camino al ano" o porqué no, el mucho más explicativo "andar de culo".
Y es que todavía a día de hoy, el optar por esta actitud ante la vida es motivo de chistes, chascarrillos cuando no incluso ataques directos. porque resulta que muchos omnívoros no solo no respetan tu opción, sino que además de solo pensar en ella parecen sentirse ofendidos en sus principios más básicos. Gracias a esas actitudes y a como están organizadas la sociedad de consumo y la industria alimentaria, el comportarse como un "vegano estricto" es una manera bastante asegurada precisamente de eso, de andar de culo casi todo el tiempo. Y más aquí, en el corazón de Castilla, tierra de la morcilla, el chorizo, el cordero asado y la "olla podrida" ( = "olla que además de carne, tocino y legumbres, contiene abundancia de jamón, embutidos y otras cosas suculentas". ) ( las definiciones del día "en cursiva" son extraídas del diccionario de la R.A:E., de no ser así creo que  yo lo de "suculentas" lo hubiera colocado como mínimo entre interrogantes, jeje )



Esto me obliga a no hacer siempre lo que me gustaría hacer ni comer siempre lo que me apetecería comer. Porque la vida es mucho más sencilla si cuando comes fuera de casa o alguien te invita a algún sitio, comes lo que te pongan sin tener que dar explicaciones ni contestar las estúpidas preguntas que le hacen a uno siempre y que suelen empezar por un "¿y entonces qué comes?"... ¿sabías que hay una altísima proporción de machos reproductores ( si, como tu posible "partenaire" de la cita de esta noche ) que consideran que si su comida no incluye una buena dosis de proteina animal -a poder ser de mamífero cuadrúpedo- piensan que "no han comido"?


Esta actitud un poco más "beligerante" de lo normal ( ay beligerante, si soy un bendito ) es resultado de acabar de leerme el libro "Vegetarianos con ciencia" de Lucía Martínez Argüelles. Si ya me lo dice la progenitora: "No leas libros de esos que después te entra el ardor guerrero y no hay quien te aguante en un par de meses."


Lucía es dietista, tiene un blog y además colabora habitualmente tanto en otras webs como en radio y prensa escrita. El mayor mérito del libro es ser muy objetivo y hablar de pros y de contras con total imparcialidad, aún quedando claro que ella sigue el rollo vegano y cree en él y en las razones por las que lo practica.

Lucía, más chula que un ocho.

Esto incluye cosas que no me ha gustado oír como por ejemplo:
¿Vas a vivir más siendo vegano que omnívoro?
Pues no hay razones para pensar que sí, es decir, más bien no. De hecho se puede llevar una alimentación de puta pena siendo totalmente herbívoro a base de patatas fritas de bolsa, cervecitas, bollería industrial y alimentos vegetales ultra procesados. Tócate el higo.
¿Es cierto que si no comes nada de origen animal -e incluso si incluyes huevos y lácteos en tu dieta- vas a tener un déficit de vitamina B12 que solo vas a poder cubrir mediante suplementos nutricionales?
La respuesta es desgraciadamente sí. ¿Que se te hace dificil la idea de estar pendiente de tomar una pastilla una vez a la semana y sin embargo te resulta perfectamente razonable preocuparte una o dos veces al día de pensar donde enchufar tu móvil para recargar la batería? Pues chico, ¿quien te entiende? jeje.


¿Que en otras cosas es posible ganar en salud y calidad de vida si uno practica el vegetarianismo o veganismo? Pues sí, aunque como dice Lucía esto no tiene mucho mérito porque la dieta occidental es TAN desastrosa que no es muy complicado compararla con casi cualquier otra y comprobar que sale perdiendo.
¿Y porqué la dieta occidental es un asco? Pues ya lo sabes tú: el bajo consumo de frutas, verduras y hortalizas frente a lo que se considera recomendable; la ingente cantidad de azúcar añadido que lleva casi todo lo que te comes ( en España nos calzamos una media de 111 gramos al día por persona cuando la OMS aconseja no tomar más de 25 ); el elevado consumo de alimentos superprocesados, esas maravillas ideadas por la industria alimentaria destinadas a maximizar la rentabilidad olvidando la salubridad y utilizando para ello materias primas muy baratas y que hagan cosas que nos sepan muy ricas: harinas refinadas, azúcar, sal y grasas de mala calidad, todos ellos en busca y captura por ser culpables de muchas de las enfermedades no transmisibles del Primer Mundo: obesidad, hipertensión, diabetes de tipo 2, dislipidemias, trastornos cardiovasculares, etc-etc...

Deja en paz al cerdo, coño.

Pero hay razones menos obvias para ser vegano más allá de los motivos más evidentes como son la salud o no colaborar con el maltrato animal y las condiciones de vida de pesadilla a las que están sometidos todos los bichitos destinados a acabar en tu plato. Esas otras son las que te animan a perseverar en el empeño a pesar de los puntos negros como el de la mencionada vitamina B12. Por ejemplo:
La sostenibilidad del planeta. ¿Sabes lo "caro" que resulta sostener la alimentación carnívora de unos cuantos miles de millones de bípedos no rumiantes? ¿No lo sabes? Pues Lucía te lo dice:

"Para obtener un kilo de proteínas procedentes de alubias se necesita la decimoctava parte de tierra, diez veces menos de agua, nueve veces menos de combustible, doce veces menos de fertilizante y diez veces menos de pesticidas que para producir un kilo de proteínas procedentes de carne de ternera. Y mientras merendamos un bocata de jamón e ignoramos ese despilfarro de recursos, alrededor de 800 millones de personas no tienen suficiente acceso a alimentos, según datos de la FAO en 2014. Se desnutren. Se mueren de hambre."


Y por supuesto el medio ambiente. Las explotaciones ganaderas son las responsables del 18 % de la producción de gases responsables del efecto invernadero, más que los medios de transporte, ¿cómo te quedas?
Además las pobres vacas, cochinos, etc-etc a los que hacen llevar unas vidas de miseria y pasarlas putas para crecer deprisa y estar bien gordos para llegar pronto a tu plato, generan el 65% del óxido nitroso, el 37% del metano y el 64% del amoniaco que va a la atmósfera y que también tienen que ver ( y en mayor medida que el CO2 ) con el calentamiento global y la lluvia ácida. 


Con esto no se trata de convencer a nadie, aunque como dice la autora con que esto te animase solamente a celebrar un día a la semana "sin carne" para poner tu granito de arena al tema, sería estupendo porque ya lo dice la cita que abre el libro:

«Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo».
   Eduardo Galeano

Y si sigues haciendo tu vida como hasta ahora, por lo menos que te sirva para entender porqué quienes toman esta alternativa lo hacen y ni te dediques a cuestionarles ni a pitorrearte del tema, solamente respeta,vive y deja vivir, que también es una pequeña cosa que puedes hacer para que el mundo sea un lugar mejor de lo que es, jejeje.


Y conste que yo me siento un cobardica precisamente por lo que comentaba al principio yo NO hago: porque hay que aprovechar para con tu pequeña contribución defender la causa.  Si por ejemplo vas a comer con una docena de amigos (...un momento, ¿tengo tantos amigos?... ¡ni de churro!  ) y para no dar la nota ni que te calienten la cabeza comes lo que come todo el mundo -como hago yo-, estás perdiendo una oportunidad para demostrar que hay otras opciones y hacer más natural, normal y visible lo de "ser vegano". Y lo mismo si cuando vas a la comida familiar te comes el pollo o la merluza por no dar problemas ni que te los den a ti, y mil situaciones más. 
Yo tiendo a la paz, a evitar conflictos y a sentirme cómodo y hacer sentir cómoda a la gente que me rodea, por eso la única campaña que hago con el tema la hago AQUÍ, y solamente  la voy a hacer hoy. Un solo día para hablar del tema que me veo me va a espachurrar los ya de por si catastróficos índices de "audiencia" que cosecho con la página... 
Ahora me gustaría conocer tu opinión. 
Que ya sé que si te pones a buscar, practicamente hay una estadística y un estudio de la universidad de no-sé-donde para dar la razón a cada uno de los argumentos que uno quiera defender cualesquiera que sean, y a buen seguro así se podría construir un libro igualito al de Lucía apoyando la posición opuesta, pero para eso lo cuento aquí, para que me lleves la contraria y me hagas ver otros puntos de vista, ¿para qué si no?

Como sugerencia musical para este post que preveo tan impopular, más música alemana porque es lo que más escucho de un tiempo a esta parte por aquello de "hacer orejilla" que dice una amiga mía.
El barbitas es mono, ¿no?



Que tengas una muy feliz Semana Santa...yo haré una mini escapada a lo que me falta  de conocer de Euskadi que es Vitoria-Gasteiz, a ver si la visita me sugiere algo que pueda contarte aquí.
Entretanto...¡disfruta la vida!  y ya que tienes unos días de asueto aprovecha para mimarte ¡y come un poco vegano, cojones!,  que ya me estáis haciendo hasta hablar mal. 

6 comentarios:

  1. Leía esto el otro día mientras tenía medio kilo de carne picada en la nevera para preparar croquetas, no cin cierto cargo de conciencia. Porque, aunque soy algo escéptico con las cifras que se suelen dar en los diferentes estudios sin llegar al fondo de ellas y ver de dónde han salido, en el caso de la sostenibilidad del planeta no le quito la razón, y para mí sería el motivo de no comer carne.

    Porque en el asunto de la afección a la salud mi caso es bastante atípico. Intento llevar una dieta equilibrada a base de frutas, verduras, legumbres, carne, pescado y no consumo mucho producto precocinado (más allá de yogures, galletas del desayuno y poca cosa más) y apenas bebo algo que no sea agua del grifo a no ser que vaya a algún bar (incluso en restaurantes acompaño las comidas con agua mineral también). Mi principal problema es que estoy más delgado que lo que debería estar, con lo que no puedo descuidarme con las cantidades de comida que ingiero, y hacerlo sin probar la carne, pescado o huevos se me hace muy cuesta arriba. He de confesar que no tengo la fuerza de voluntad suficiente para dar el paso.

    Lo que no hago es sentirme atacado por el hecho de que tú hayas escogido esa opción y yo no.

    Un saludo.

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    1. Haces bien en cultivar el escepticismo con las cifras, porque aquí pasa como cuando se habla del número de asistentes a una manifestación, que según a quien le preguntes las diferencias en el resultado son espectaculares. Este libro está muy basado en los datos, las estadísticas y los estudios que ha buscado la autora para justificar sus argumentos, pero tal y como decía yo ahí, seguramente si alguien se propone escribir otro libro defendiendo todo lo contrario podría encontrar otro montón igual de grande de números para hacerlo. Pero aún cuando las cifras no sean tan alarmantes como se muestran aquí, creo que los argumentos en lo referente a la sostenibilidad y el medio ambiente sí cuentan con una base lo suficientemente buena como para tomarlos en consideración.
      De cualquier manera, lo que pretendía yo no era promover la conversión al veganismo, sino el acercar un poco a la postura del que lo ejerce para ayudar a la comprensión y al respeto. Ya veo que en tu caso no era necesario porque lo comprendes y lo respetas perfectamente bien, lo cual se agradece de veras.
      Que envidia de metabolismo, tender a estar flaco y tener que preocuparse por comer para mantener un peso decente...seguro que para ti es un problema pero para los que nos pasa todo lo contrario, ¡ainssss, quien pillara un poco de eso tuyo! :-)
      Gracias por la lectura y las palabras, como siempre.
      Abrazos ¡y feliz semana entrante!

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  2. Yo tengo una conocida que es vegana y siento una sana curiosidad por su modo de alimentación (sin pasarme, que un pescadito al horno me suliveya). Bien es cierto que, como dice la autora, este tipo de dieta puede tener deficiencias (fácilmente subsanables, por otra parte), pero el principal escollo que yo le veo es que no sé cocinar muchas cosas con verduras (más allá de las cocciones y los rehogados); de ahí que se me caiga literalmente la baba cuando acudo a un restaurante vegetariano y veo los platazos tan elaborados y deliciosos que se gastan. Supongo que sería cuestión de invertir un poco de tiempo y ganas en ello...o un buen libro de cocina vegetariana.

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    1. Pues tienes toda la razón. Más allá del rollo "salvemos el planeta", "alimentación sostenible" y/o el puro postureo -que también lo hay-, si uno va a un buen restaurante vegetariano es consciente de ¡lo buenísimas que están las cosas! en primer lugar ( que la cosa no va de repollo cocido, lechuga y judías verdes ), y después de la falta de cultura culinaria que nos hace falta para preparar esos platos. Sí, hacen falta tiempo y ganas pero en fin, en esto en definitiva pasa como con todo, que cuando algo de verdad te interesa das por bueno todo el esfuerzo pequeño o grande empleado y además te encanta invertir ese tiempo y energía en ello, y cuando no... pues ya sabes lo que pasa.
      Me he reído un rato con lo de "el pescadito me suliveya", jajajajaja...¿a quien le oía yo decir algo parecido hace mucho tiempo?...
      Que tengas ¡muy! feliz semana, majete.

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  3. ¿Y qué me dice Vd. de la beligerancia de los veganos hacia los comecarne? ¡Que parece que estás cometiendo un pecado!
    Yo puedo tolerar el veganismo, pero no me pidas que lo respete, no tengo por qué hacerlo.

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    1. Que original, me habían dicho eso de "lo respeto aunque no lo comparto", pero lo de "lo tolero pero no lo respeto" nunca, jejeje. Que decirte, pues que si no quieres respetarlo, no lo respetes, chico, con la tolerancia me basta y sobra.
      Más besetes y ¡buen miércoles!

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