sábado, febrero 22, 2014

¿SUEÑAN LOS ANGELES CON REPTILES JURÁSICOS?


La otra noche tuve un sueño raro.
No era realmente noche, era por la mañana tras un turno nocturno, y ese dormir a deshora siempre me predispone a sueños extraños, como si el retirarte a ese espacio reservado al mundo de la noche mientras a tu alrededor la gente bulle de actividad te convirtiese en objetivo de todas las pesadillas que a esas horas del día no saben donde meterse...
En mi sueño ocurría que en el cielo de la ciudad, entre las habituales bandas de palomas y gorriones callejeros, de vez en cuando yo veía pasar volando bajo ¡¡¡un pterodáctilo!!! y en cuanto lo avistaba me volvía alucinado a la gente que estaba a mi alrededor ¡claro! para decir algo o compartir el sobresalto. Pero, ah, amigo, ahí a nadie se le movía una ceja, cada cual seguía con sus actividades habituales, hablando, riendo y caminando como si ver planear sobre tu cabeza enormes reptiles jurásicos fuese la cosa más natural del mundo.
¿Y qué haces en esos casos? 
¿Era que me estaba volviendo loco y veía cosas que en realidad no existían, o es que aquello era normal y yo había olvidado el momento en que los dinosaurios voladores habían empezado a frecuentar el cielo de la ciudad?...en cualquiera de los casos si había algo mal evidentemente estaba dentro de mi, y al final me decidía por no decir nada y hacer como si no viese lo que en realidad estaba viendo o como si lo viese y fuera lo más normal del mundo. Porque de alguna extrañísima manera era más importante disimular y poder sentirme uno más que el que nadie llegase a advertir que yo era distinto al resto.

Pero claro, por mucho que intentes aparentar, al final el pterodáctilo sí nota la diferencia