jueves, septiembre 26, 2013

7 NOCHES DE ( des ) AMOR: NOCHE 1 - EL DEMONIO DE LA LUJURIA

A veces los cuentos de hadas no son cuentos y suceden en la vida real.
A veces el Señor, aunque haya descreídos que digan que no existe, atiende a nuestras súplicas.
Hoy R., el pibón que me ha tenido seis meses babeando y derramando mililitros y mililitros de espermatozoides sobre pañuelitos de papel en mis solitarios desahogos nocturnos ( nocturnos y no tan nocturnos ), no solo me ha confesado que "entiende" sino que además va a venir esta noche a mi casa para "resolver las tensiones" que percibe en nuestra relación de una vez por todas.
"¿Entonces vamos a follar?" he preguntado jadeante cual cachorro enamorado, y me ha dado unas palmaditas en la coronilla riéndose un poco respondiendo "¡como te pasas!". 
"Como te pasas", pero sin decir que no, ¿comprendes?
Le tengo en el bote.
A R. 
El mismo R. de pelo negro, ojos oscuros, esa media barbita y ese gordezuelo labio inferior permanentemente descolgado que pienso mordisquearle y chupetearle esta misma noche si me da opción. 
Mientras me duchaba hace un momento he sufrido una aparatosa erección imaginando el susurro de mis manos ascendiendo por sus muslos peludos, pero no he concretado, ¡no! No quiero que mi momento de gloriosa culminación se reduzca a un cutre sirimiri, quiero derramarme a modo de intenso chubasco sobre su pecho o sobre el mio propio para que a continuación me mire con la mirada enturbiada por el deseo y me diga como dice él: "joo tío...que pasadaa".
Si esto no es amor, ¿qué es si no?
Me he puesto los vaqueros de yoryo-armanis para que vea que soy un tío con posibles, un chorrito de Cuco Boss del de 70 euros el frasco y en el reproductor de música he puesto al Robin Thicke para demostrar que aunque nos llevemos más de diez añitos, sigo siendo un tío superenrollao...


...por debajo irá la sorpresa: un tanga blanco de Chavi Klain con el que espero pueda apreciar en mis turgentes glúteos los resoplidos que echo día sí y día no en la bici estática del gimnasio...
Cuando por fin suena el timbre aprieto el "Play" y acudo a abrir radiante cual un George Clooney en sus años mozos. Me le encuentro ahí, guapo como un sol con una camisita blanca sin remeter y unos pantalones caqui, super informal pero con cara de tener la mosca detrás de la oreja. ¡Pero si todavía no le he dicho ni las buenas noches!
Entra mirando el suelo como si pensara que he colocado aquí y allí unos cuantos cepos caza-osos, por fin llega al aparato de la música y lo señala con un dedo.
"¿Y esto?"
"Un reproductor japonés, me costó una pasta de cojones, ¿te gusta?"
"No te hagas el tonto, me refiero a lo que está sonando. ¿Me has puesto música para follar?"
Ay la Virgen. Si al final voy a estar más fuera de onda de lo que yo pensaba.,
"¿No te gusta?" digo tratando de sonar triste e ingenuo al mismo tiempo, algo nada sencillo.
En vez de contestar se vuelve hacia la mesita de lo que viene a ser el salón y mira la botella de Moet-Chandon que me ha costado 130 aurelios enfriándose en la cubitera con los ojos del que encuentra ahí encima una caca de gallina, luego menea la cabeza negativamente, pone los manos en las caderas y pregunta:
"¿cuando dije lo de resolver tensiones, entendiste de verdad que íbamos a echar un polvo?"
Bajo las orejas, cruzo mis manos sobre el regazo en plan alumna-concepcionista-avergonzada-de-tener-pensamientos-impuros y resoplo avergonzado.
"...puessss...la verdad es que sí..."
Él se revuelve un poco ese hermoso cabello suyo con un gesto encantador, termina por sonreir ( "¿será que por fin SÍ mojamos?" dice mi demonio lujurioso ) y dice en un tono más amable:
"La verdad es que preferiría que nuestra primera cita fuese en un entorno más neutral. Aquí me siento un poco....presionado, es tu territorio, y yo no tengo tanta experiencia como te puedas pensar, ¿sabes?..." yo solo digo si-si y no-no con la cabeza como un chucho de los que se ponen en el salpicadero de los coches porque lo que quiero es unificar criterios y a poder ser algo más "...entonces ¿que tal si nos vemos mañana a la misma hora en algún sitio que se me ocurra a mi?"
Está todo perdido. El perfume, el vino y el robin-thicke. ¿Que voy a decir?
Pues "Si, claro. Entiendo".
Le agrada mi buena disponibilidad, me dedica una sonrisita y se dirige a la puerta de salida.
"...yyyy ¿que tal un besito de buenas noches?" digo desesperado aferrándome a la última posibilidad.
Cojones. ¡Ese portazo en las narices casi me cruje el tabique nasal!
Presa de una peligrosa mezcla de frustración y lujuria insatisfecha corro de nuevo a la ducha, ¡a cascármela, sí! y por  despecho he decidido que va a ser a la mayor gloria del mismísimo Brad Pitt.
Que esto a mi no se me hace, coño.
Jodete, R.
Y tu tambien, Robin-Thicke.