viernes, marzo 26, 2010

SOBRE LA BELLEZA


Hoy quería elucubrar un poco sobre la belleza, quizás porque siento que de un tiempo a esta parte la estoy disfrutando de continuo en mi vida. Y no porque cuando me miro al espejo vea al George Clooney en calzoncillos ( si fuese así, quien me despegaba la nariz de los espejos, jeje ), ni porque mi entorno físico se haya vuelto impresionantemente hermoso estos últimos días, no, no es nada en el sentido material de las cosas. En realidad nada ha cambiado alrededor, es la misma vieja vida de todos los días, con las mismas cómodas rutinas, el mismo ir y venir entre las cuatro esquinas que conforman mi pequeño mundo...no, esta belleza de la que te hablo es algo que no está ahí fuera, que no está en ti, sino en mi, ha salido de no-sé-donde y se entrelaza con mis sentidos, haciendo que de pronto todo lo de siempre ( las calles, las casas, el cielo y las personas ) se revele en su auténtica naturaleza. ¿Y sabes? Resulta que en realidad todo es hermoso ahí fuera. Hay un pequeño milagro en marcha dentro de cada cosa viva, dentro de cada alma, hasta en la misma naturaleza del día que se levanta por la mañana y nos concede otro puñado de horas para maravillarnos un poco por lo mucho que se nos da sin haber pedido nada.
Sé que a ti, que quizás me lees mientras algo a tu lado no va bien, todo esto suena a charla repetida de libro de auto-ayuda y que en definitiva no te sirve para nada. Bien, tienes razón. No encontrarás ninguna fórmula mágica aquí que valga para hacerte abrir los ojos y ver lo que yo veo, eso que sin duda tú también tienes enfrente pero no te das cuenta.
En realidad ocurre que soy apestosamente feliz y el referenciar cada momento del día, cada cosa y cada idea a la persona que amo hace que todo eso, los momentos, las cosas y las ideas, brillen con una luz distinta: entonces un anochecer con la perspectiva de ser compartido deja de ser oscuro, y despertar contando hacia atrás las horas que nos faltan para vernos hace la a menudo dificil tarea de despegar los párpados una historia diferente. No, nada ha cambiado ahí fuera, no somos más bellos nosotros ni nada de lo que nos envuelve, es bello el sentimiento, ese que nos inspira y que nos mueve, el mismo que se nos mete por los ojos y hace que de pronto la misma ciudad y la misma lluvia se vuelvan el Paraíso a dos pasos de mi puerta.
La belleza es algo tan sencillo como eso: tu conmigo, y yo contigo.
¿Qué esperabas?