jueves, febrero 28, 2013

METEOROLOGÍA ESTACIONAL Y PERSONAL



Muestra de mi desbordante creatividad y capacidad de innovación ( jajaja ) es esta nueva sección en la que daremos el parte sobre como está el tiempo, en el exterior y el interior. Ambos suelen ir en consonancia, cosa de las reminiscencias reptilianas que nos quedan ahí en el tallo cerebral ( sobre esto de los tres tipos de cerebro -o "el cerebro triple"- entre los que se incluye el reptiliano hay una interesante teoría de un tipo llamado Paul D. MacLean, un señor con el que creo voy a tener un love-affaire este cuatrimestre pues estudió las bases neurofisiológicas de las emociones y mi monotema va a ser la psicología de las emociones...en primavera, que buen momento para irnos conociendo Paul y yo... ) (...de qué estaba hablando yo...)...aaaaah, sí, sobre el clima "fuera" y el clima "dentro":
Pues en mi nueva sección de este trepidante fin de Febrero en el que no hago más que estrenar divagaré sobre el tiempo y lo que trasciende más allá del tiempo. A fin de cuentas y como se suele decir a todo el mundo le encanta hablar del tiempo, es el tema por excelencia cuando no se tiene otra cosa de la que hablar...¿será eso, que tengo poco que decir y por eso me pongo hablar del tiempo?...


La banda sonora para la mini lectura de hoy es esta canción de Joan Baez que se me ha cruzado sin previo aviso mientras redactaba estas líneas y que no recordaba... quizás debería ir en las "song for singing" porque me trae algún recuerdo de hace muchos años sobre el que podría divagar, pero el equipo de producción todavía está dilucidando qué debe ir aquí y qué allí, por lo cual de momento se queda justo en este lugar.

Ahora, vamos con el tiempo.

Pues bien, desde hace diez días, más o menos el tiempo que llevo trabajando tras mi vuelta de las vacaciones, el tiempo da por el culo -con perdón-: hace un frío que pela, nieva un día sí y otro también, la intensidad lumínica es mínima, amanece a duras penas y anochece a toda prisa...el invierno debería estar pensando en la retirada y en cambio le veo en plan de querer estar explotando a tope su tiempo hasta el último instante. Quien puede culparle, toda cosa en el universo intenta aprovechar lo que le queda al máximo cuando ve que el final esté cerca, ¿no?...
...sin embargo, en esta ocasión voy un poco a la contra con mi amigo Paul McLean y su triple cerebro en el sentido de que no me está afectando como en otras ocasiones este tránsito invernal tan duro que va del final de las navidades al comienzo de la primavera. No sé si se debe a que este año tengo un estado de ánimo especialmente bueno y resistente a los bajones de ánimo o a que con el paso del tiempo
( cronologico en esta ocasión ) al igual que lo que uno espera con mucho anhelo parece pasarse luego casi sin sentir, también los malos tragos los sufre uno en menor intensidad y cuando te quieres dar cuenta eso que tanto te temías se ha pasado y no te has enterado...
Sea como sea, le estoy restando gravedad a mis asuntos, quitando hierro a todo aquello que resulta más pesado, añadiendo ligereza al ritmo de mis pasos y tomando lecciones de vuelo sin motor para sobrevolar por la vida y cuando las circunstancias lo requieran, poder tomar distancia del suelo y mirar las cosas desde un poco más allá del punto donde me siento demasiado involucrado.

Así que no sé.

Supongo que el parte meteorológico interior es justo así:



¡Despejado!