jueves, octubre 31, 2013

EL CLUB DE LAS MUJERES INVISIBLES ( Y 4 )

Atención: 


Este post por su longitud y dimensiones es solo para abuela-maniacos. Si no para otra cosa, espero que resulte al menos una buena lectura para un rato en este puente de "los Santos".
Si no tienes tiempo ni ganas de leer mucho, ¡déjalo para otro rato!

En cuanto tenemos oportunidad aparcamos el tanque en el parking de un centro comercial de las afueras y allí, aprovechando los uniformes estrafalarios, nos montamos en un bus turístico que hace una ruta por el casco urbano haciéndonos pasar por turistas americanas.
"Nadadoras. Esteite Units, Amerrica, ¿comprende?" le explica la Sole en tono britni-espirs a un hombre mayorcísimo al que tiene que hacer arrumacos para que nos pague el ticket a las tres "Natación sincroñizada, equipo senior"
"¿"sincroÑizada?" dice el viejete que debe tener al menos veinte años más que yo...pero ya ves, a pesar de lo mal que veo a la Sole yo con esos pelos, el tío pica y hasta la invita a una lata de Pepsi seguramente pensando que por fin va a pillar cacho después de décadas sin catarlo.
Sí, amigas, así se vuelven los hombres mayores con la edad: unos degeneraos...
Una vez de vuelta en la ciudad nos bajamos enfrente de la catedral y, tras sacarle veinte euros más al buen señor con la promesa de acudir esta noche a cenar a un restaurante finolis ( porque insiste tal como si fuésemos las Gracias del Rubens y no tres señoras al borde la ochentena ), nos sentamos en un café a tomar un orujito y un café con pastas y vuelvo a tomar el mando:
"Bueno, como ya os habréis dado cuenta, tenemos que largarnos de aquí."
"Pero como largarnos" dice Reme pero sin creerse demasiado lo que está a punto de decir "si pensaba que ahora nos marchábamos a casa"
"Pues no. Se me ha ocurrido que si encontramos a alguien que nos traiga una tarjeta de crédito, después tu misma, Reme, con tus dotes numéricas, podrías hacer que..."
"Un momento" me corta la Sole que está un poco crecidita al ser la única con carnet de conducir y la que además nos ha financiado el transporte hasta allí con sus dotes de mata-jari "¿no habrá gente controlando el portal para ver si alguien aparece por allí?"
"Bien, también he pensado en eso: ¿tu no le dejaste una copia de las llaves de tu casa a Úrsula la gorda del chichuahua para los días que te olvidas las tuyas dentro?"
"¿Qué pasa, qué tu no te las olvidas nunca?" responde, así brava y subida de tono como está ahora.
"Por mi puedes dejarle a Úrsula tu colección de fajas, de lo que se trata es que la llames, que ella nos traiga tu tarjeta de crédito y..."
"Yo por el equipo lo doy todo, ya lo sabes, pero después del palo que me metieron las brasileñas no creo que tenga mucho más allá de..."
"NO importa. Reme cambiará los números de tu disponible, ¿verdad Reme?"
"¿pero eso no es ilegal?" farfulla Reme que a diferencia de la Sole aún no ha entrado en la dinámica apropiada.
"Además, no me sé el número de teléfono de Úrsula" protesta Sole " voy a tener que buscar el teléfono en la guía, y tampoco estoy segura de si se apellida Gutierrez o Gonzalez...o podría ser Gomez, no sé..."
"Es Galindez" dice Reme en tono discreto y cuando la miramos las dos asombradas por ese ejercicio memorístico se pone un poco colorada y explica"...es que se llevó el primer premio del concurso de tartas de la parroquia y veo TODOS los días la placa conmemorativa con su nombre en el salón de la casa parroquial. Y cada vez me hierve la sangre porque aquella bazofia que presentó no había quien se lo comiera, ¿como es posible que...?"
"Pues porque seguro que la noche anterior le hizo un sorbete en privado al cura " gruño logrando que las dos rían escandalizadas"...vamos a centrarnos: tu Sole coge las vueltas de los orujos,  llama a Úrsula Galindez y pídele que te traiga aquí la cartera. Y que se de prisa..."
Todas nos contemplamos unos instantes con los ojos brillantes y un tanto enloquecidos: si hoy fuese un día normal estaríamos en casa viendo la tele o sentadas en el banco de enfrente del portal leyendo el "Hola" si no se ponía a llover...en cambio estamos ahí, como tres fugitivas, y de pronto no hay nada seguro y previsible...de pronto NO SABEMOS QUÉ VA A PASAR MAÑANA...
¿no es maravilloso?

...Úrsula y su chichuahua tardan ni más ni menos que ¡tres horas! en llegar. Aparece enfundada en un vestido fucsia y con el maricón del perrito, claro, que se pone a ladrar como un descosido al verme sin duda recordando mi cruel intento de "pinchazo". A nosotras con tanta espera nos ha dado tiempo a pedir otra vuelta de orujos y ya estamos las tres bastante piripis.
"Peeero donde has estaoooo" pregunta Reme en tono achispado y sin duda deseosa de devolverle la jugada del concurso de tartas "...aaah, es que te has estao poniendo guapa, ¿eh? ¿es eso?...pues mujer, que rato más desaprovechao te has tirao, ¡jijijiji!"
Todas nos carcajeamos un poco incluida Sole que es su amiga, consiguiendo que la Úrsula agarre al perro y se ponga de nuevo en pie como para irse.
"Ah, pensé que venía a hacer un favor, no a que la gente se chotease de mi" dice indignada.
"Perdona, perdona" tengo que intervenir mientras Reme se va a hacer pis como era de esperar "es que nos hemos tomado unos chupitos y como has tardado tanto, se nos ha ido de las manos"
"Bueno, si no os importa yo me tomaré otro mientras hablamos" dice de pronto más sosegada porque se ve que la fiesta de chupitos le resulta interesante.
"Bebete el mío" digo y al momento rectifico, agarro el de Sole consiguiendo una airada protesta y se lo paso "mejor bebete el de ella, que no sabemos si tendrá que conducir"
El chichuahua, que sin duda es más listo que su propietaria, lloriquea como chucho olfateando problemas pero su mamá le da un par de collejas, le sienta en la silla de al lado y tras darle un sorbo al orujo se inclina hacia adelante para contarnos:
"...vale, no sé que habéis preparado pero me parece muy fuerte. Cuando he llegado al portal había una furgoneta con unos caballeros musculosos vestidos de blanco y uno le decía a otro "tranquilo porque si vuelven a su casa tienen que pasar por aquí" pero claro, como yo no estoy fichada, en mi no se han fijao..."
"Eh, que a nosotras no nos ha fichado nadie" ataja la Sole y tengo que palmearla la coronilla y recolocarla el espanto de peluca para serenarla y dejar que la gorda siga contando
"Deja a la amiga Úrsula que se explique y luego la sacamos de sus errores, ¿vale Sole?"
Úrsula sonríe cual hipopótama en charca de barro complacida por su estatus actual de "mujer imprescindible" y continúa contando:
"...pues he subido a tu casa, he abierto y ¡ayyy, que bacalao había allí montao! Yo creo que os han registrao los pisos, fíjate lo que te digo. Me he tirado por lo menos media hora revolviendo por allí hasta encontrar la cartera en el primer cajón del tocador donde me decías que la habías guardao..."
"Pero vamos a ver" interrumpe un poco mosca la Sole "Si estaba donde había dicho yo, ¿qué cojones has andado revolviendo?"
"Pues hija es que con ese lío no esperaba que estuviese justo allí, y entonces..."
"...entonces has estado metiendo la nariz por mis cajones a ver si tengo o no las bragas limpias", le dice la Sole presa de los vapores del orujo, y hemos tenido otro rifi-rafe ( "que-me-marcho-que-no-he-venido-a-que-se-me-falte", "que-me-digas-que-has enredao"), hasta que por fin las dos se han callado y la Reme que ya estaba de vuelta y había sido puesta al tanto de la conversación, ha preguntado:
"...y si solo has estado media hora allí como es posible que hayas tardado tres horas en venir, hija"
La Úrsula pone ojos de susto, mira para todos lados y susurra:
"...pues porque cuando salía del portal y venía hacia acá tirando de Ernesto que estaba un poco cansadito ya de tanto trajín" he de señalar con un dedo al perro de los cojones cuando Reme pone cara de ir a preguntar de qué Ernesto hablamos y evitar una interrupción más "me doy cuenta que...¡alguien me está siguiendo!"
"¿Alguien?" exclama Sole "¿Quien, los tipos de blanco?"
"¡Noooooo!...era un señor con barba muy guapo que se daba un aire al Omar Charif, y aunque normalmente me paro a mirar cuando veo señores asín aparente, jeje" ( "sí, "je-je", menuda zorra estás tu hecha" me digo pero me guardo mucho de abrir ahora el pico ) "esta vez me ha entrao la paranoia y me he subido a un bus para tratar de despistarle...pero con los nervios en vez del que va pal centro me cogí el que iba al polígono industrial y me ha dejao allí al final en un bar rodeada de camioneros groseros que cuando he pedido que no me molestaran han hecho chistes sucios acerca de lo que Ernesto me hace en la entrepierna cuando estamos solos en casa y me unto el paparrús de Colacao...es que me estaba tomando un Colacao y de vez en cuando le daba un poco a mi chiquitín en el platito, ¿sabes?"
La Reme ha tenido que ausentarse de nuevo tras otro episodio de risa floja e incontinencia urinaria combinadas y solo yo, cuando he recobrado el aliento, he podido preguntar:
"¿pero entonces te le has quitao de encima?"
"A quien, ¿a mi Ernesto? ¡Jamás en la vida!"
"¡A Omar Charif, cojones, que siempre me terminais haciendo hablar mal!"
Va a abrir la boca para responderme algo muy segura cuando de repente dilata las pupilas, descuelga la mandíbula y susurra:
"...¡creo que  no!"
Sole y yo nos volvemos de un salto para ver qué está mirando y nos encontramos al Omar Charif de los cojones sonriendo al otro lado de la cristalera y saludándonos con los deditos.

¿estaremos perdidas?

...


Omar Chariff es un tío con pinta de pakistaní: muy moreno de piel, un gran mostacho, el pelo negro bien peinado y un traje de chaqueta oscuro y una camisa blanca que caen a la perfección sobre su anatomía. No es un jovenzuelo pero cualquiera de nosotras podría ser su madre.
"¡Te ha seguido" susurra la Sole a Úrsula intentando sonar enojada, pero todas notamos que al ver al Omar ha entrado en chocho's-mode y ya no es ella misma: se recoloca ese pellejo de chucho difunto que tiene por peluca, saca pecho y enseña la dentadura postiza en una tremenda sonrisa que llenaria de angustias a los pollos de un gallinero.
"Sole, no sabemos quien es ese tío" tengo que susurrarla dándola al mismo tiempo un pellizco en el muslo para hacerla volver en sí "Vamos a tratar de no pendonear, ¿vale?"
Estoy pensando un plan de fuga cuando el Omar hace un gesto que pretende ser gracioso señalando la puerta como diciendo "voy p'allá" y echa a andar hacia la entrada del local.
"¡que hacemos!" chilla la Úrsula cortando la respiración a su Ernesto de tanto que aprieta al chucho contra el pecho.
"lo primero soltar el perro o te lo cargas" respondo en voz baja señalando el palmo de lengua que Ernesto está empezando a dejar caer por la comisura del hocico "no vamos a hacer nada más que comportarnos como las viejas chochas que se supone que somos: nos hacemos las tontas, decimos incoherencias y esperamos que el tío se vaya por donde ha venido. Aquí dentro hay mucha gente, no se va a atrever a hacernos nada." miro a Reme y a Sole, orgullosa porque de momento parecen estar comportándose como las super-heroes que son, y luego le digo a Úrsula "tu puedes irte ya, no hace falta que te involucres en esto."
"¿Y eso porqué?" bufa la gorda "¿es porque no tengo un mono blanco de esos sicodélicos que llevais vosotras?"
"No, es porque TU no tienes NINGUN superpoder" le suelta la Reme rencorosa sin pensar y tal por lo de las tartas, y claro, ya la ha cagao.
"¿Superpoder?" pregunta Úrsula menos dispuesta que nunca a marcharse "¿es que tú sí lo tienes?"
"No, ES BROMA, ¿verdad Reme?" atajo furibunda "Es porque no queremos que te metas en un lío, ya está"
"Pues haberlo pensao antes, porque ahora ya me habéis hecho cómplice y si me voy sin decir nada a la policía voy a ser además encubridora, así que mejor que me quede y seguimos llevándonos bien todas" me suelta la muy zorra y comprendo que a no ser que la demos esquinazo o Sole la mire frunciendo el ceño y la haga explotar, vamos a tener Úrsula pa rato.
La conversación no se puede extender más porque al segundo siguiente ya tenemos ahí a Omar Charif oliendo a colonia cara y luciendo una sonrisa llena de dientes que para sí quisieran las ardillas comedoras de nueces.
"¡Misss querridas señorrritas! ¿puedo sentarrme un momento si no las incomoda? Tengo que hablarrrles de algo que sin duda les va a interrresarrr."
"Ya no somos señoritas, joven" digo componiendo a la perfección la voz de vieja cascarrabias "somos viudas y si nos molesta vamos a llamar al barman, ¿verdad chicas?"
"En realidad yo sí soy señorita y no estoy casada" dice la zorra de la Úrsula sonriendo y metiendo al pobre Ernesto bajo la mesa como si fuese el cónyuge que desea ocultar "¿no le vi hace un rato por la calle, caballero?"
La muy lela me hace visajes con las cejas como queriendo decir "¿has visto qué hábil soy sonsacando información?" y claro, el señor Chariff ríe encantado comprobando in situ  la panda de pardillas con las que tiene que negociar.
"En efecto, en efecto...y en rrrealidad no esperraba seguirrrla a usted perrro siemprrre es un placerrr contarr con la prrresencia de una dama de su empaque entrrre nosotrros "le dice consiguiendo que la Úrsula cacaree y ponga cara de ir a poner un huevo gigante "Mi prrrimerrr interrres estaba centrrrado en las otrrras damas...qué sorrrprrendentes trrrajes de paseo, señorrras, no rrresultan nada...convencionales."
El cabrón este sabe más de lo que pensaba, y cuando la Sole va a abrir el pico para meter seguramente la pata en plena posesión chochónica, levanto la mano para que ninguna diga nada y respondo beatífica
"No os precipiteis, amigas. Dejemos que sea este señor quien hable y nos cuente lo que ha venido a contarnos."
El Chariff se carcajea otro poco más pero evidentemente incómodo porque sin duda esperaba que cuatro viejas como nosotras iban a empezar a decir una incoherencia tras otra y contándole a fin de cuentas todo lo que quería oir. Cuando se encuentra con ese silencioso público septuagenario carraspea, se tira del cuello de la camisa como si se hubiese encogido de repente y me contesta en voz baja:
"Mi orrrganización y yo tenemos interrrvenidas cierrtas líneas del gobierrrno grracias a las cuales nos hemos enterrrado que hay un grrrupito de ancianas envueltas en extrrraños fenómenos como porrr ejemplo la explosión de cuatrrrosientos sincuenta vehículos durrrante un parrtido de futbol...y todas mis pistass apuntan hacia ustedess, señorrras"
"¿Su organización?¿el gobierno?...¿entonces usted no es del gobierno?"
Omar Chariff sonríe esta vez más artificialmente, mira a un lado, luego al otro y por fin se inclina sobre la mesa y recita así entre dientes con el tono de quien se lo sabe de memoria:
"...somoss una orrganización que trrata de combatirrr el capitalissmo y el imperrialismo yanqui que se extiennnden como cancerrr sobrre la superrficie de la Tierrra y evitarrr que mujerrres inocentes como ustedess se veaan trrriturrradas en los engrranajes de la maquinarrria de la corrrupción guberrrnamental siemprre al serrrvicio del cerrrdo amerrricano...¿entienden?"
"¡Udi, son terroristas!" chilla con voz ahogada la Reme tapándose la boca "¡Terroristas de Mal Queda!"
"¿de mal-queda?" pregunta Chariff algo extrañado "...no prracticamos terrrorismo activo, señorrra, o al menos siemprrre trrratamos de que no haya vidas humanas perrjudicadas en el asunto, peeeerrro..."
"Udi, no podemos unirnos a una cédulas terroristas, es demasiao pa los cuatro días que llevamos fuera de la ley y el orden" me dice la Sole en un tono más sensato de lo que cabría esperar, luego echa la cordura por la ventana guiñando un ojo a Omar Chariff y añadiendo "por guapo que sea este señor, debemos decirle que no"
"Pues yo creo que habría que ver lo que este señor nos tiene que ofrecer y a continuación votar como dice la costitucion" dice la gorda Úrsula ignorando que nadie la ha dado voz ni voto en ningún momento ".
"Aasaah, la dama del perrito es la más sensata" dice el Chariff encantado de encontrar apoyo en mis filas. Luego compone un gesto grave y dice en un tono que pretende conseguir que cuatro viejas se meen la braga del susto "...en este momento todo un pequeño ejérrrrcito se está movilizando porrr las calles de la ciudad en su busca y crrreame, los "buenos" cuando se ponen a malas son peorrres que los menos buenos. Yo tengo en la calle de ahi detrrras una limusina en la que los cinco podrremos abandonar este lugar discrrretamente e irrr a un lugarr segurro donde pensarrr cual es su siguiente movimiento. Crrreanme, podrrría aprrrovecharrrme de su situación desesperrrada porrque ahorrra mismo no tienen muchas opciones, perrro nosotrrros no hacemoss las cosas así..."
"¿ustedes quienes, los terroristas de MalQueda?" susurra la Reme que ha entrado en bucle con lo del malqueda.
"Si no le importa podría ir a pedirnos cuatro chupitos a la barra y así dejarnos deliberar a gusto un momento" le digo yo impertérrita porque sé que nadie hace favores por la cara y si el Chariff nos dice esto es porque en realidad hay más opciones que a él no le conviene que sepamos.
Él, muy fino, se pone en pie y contesta:
"Tarrrdarrre solo cinco minutitos...no tenemoss mucho tiempo, señorrras mías..."
Apenas se larga las tres se lanzan sobre mi, incluido el Ernesto que me suelta un gruñido de pocos amigos.
"Udi lo último que deberíamos hacer es enrolarnos en una división de terroristas chiitas" dice la Reme angustiada "¿no sería mejor hablar con los del gobierno, decir que todo ocurre sin darnos cuenta de que ocurre y que luego ellos hagan lo que quieran?"
"Chiitas, chiitas "bufa Sole "¿pero quien te ha dicho a ti que son chiitas, a ver? Es un señor correcto, atractivo y educado que ha visto a unas damas en apuros y nos ha ofrecido una alternativa a la que no veo yo nada de imprudente, vamos...además ¡es tan guapo!, yo solo los he visto así en la tele, ¿eh?"
Todas podemos casi oir la castaña de la Sole hacer "flop-flop-flop" aún bajo el influjo de los perfumes del Chariff, y Úrsula, que tiene los mismos problemas en los bajos que ella se posiciona en su bando.
"Yo digo que nos vayamos con el señor este y después, ya más tranquilas y sin la sofoquina, nos pensamos que hay que hacer."
"TU no tienes que hacer nada porque no eres del equipo" gruñe mi de costumbre pacífica Reme mosqueada por la auto-inclusión de Úrsula en nuestra colectividad "Coge al chucho, vete a casa y sigue haciendo esas tar-ti-tas-de-por-que-rí-a con las que ganas los concursos a costa de...de..."
"¿A COSTA DE QUÉ?" dice la Úrsula hecha un basilisco y apretando otra vez el gaznate a Ernesto de una forma que no sé como ese bicho ha sobrevivido hasta el día de hoy con esos arrebatos que la dan.
"¡PUES A COSTA DE CHUPARLE LA POLLA AL CURA COMO DICE LA UDI!" chilla la Reme.
Hay determinadas frases que hasta una vieja como yo sabe que es mejor decir en "sotto-vocce" y "chuparle la polla al cura" es una de ellas. En media cafetería se hace un silencio sepulcral y expectante para ver de qué va la cosa y como va a seguir a continuación; yo pego un salto y le pongo un dedo en el morro a Úrsula antes de que pueda responder una barbaridad peor.
"No es cierto" susurro esperando animar así a mi equipo a obrar con discreción "Reme entendió mal, nunca dije que le chupases nada a nuestro reverendo párroco..."
"...quien lo creería, menuda faenita "me corta la Sole" con los años que tiene ese hombre, se te había quedao el morro chuchurrío intentando sintonizarle el aparato, jis-jis-jis"
Esto desencadena una pequeña tormenta de risas general que justo en este momento me cabrea un poco porque nos estamos yendo por los cerros de úbeda como se espera de las viejas que somos y tengo que dar un puñetazo en la mesa para poner orden.
"...señoras, que ya tenemos una edad para según qué tipo de comentarios" digo esperando dejarlas a todas congeladas pero la Úrsula hace como que no ha oido y suelta:
"en cambio al Omar Chariff sí le hacía yo un trabajito, huy-huy-huy" y se desencadena oooootra ronda de cacareos incluso de su archi-enemiga la Reme que se empieza a poner de ese color que se le pone cuando tiene que irse al servicio sí o sí.
"Vaya, entonces la respuesta es que nos vamos con el moro y le chupamos la polla por turnos desde aquí hasta donde se le ocurra llevarnnos, ¿no?" digo sin darme cuenta que el Chariff está de vuelta y casi se le cae la bandejita con los chupitos al oir el comentario "perdone, es que las chicas se están dispersando un poco y nos estamos apartando del tema principal. Eso era una broma, ya lo sabe"
"Clarrro,clarrrro..." me responde pero sentándose lo más alejado posible de todas nosotras "¿entonces no han llegado ya a una decisión?"
La Sole coge su chupito, lo vacía de un trago y ladra:
"Yo digo SÍ. Nos vamos con él."
Úrsula afloja la presa sobre el pescuezo de Ernesto lo justo para imitar su movimiento, y tras unas preocupantes toses dice:
"Yo también digo SÍ. ¿Tiene comida para perros en la limusina, señor?"
Yo miro a Reme, que es la más sensata de las cuatro aunque a veces esa cualidad sea un aburrimiento, y le pregunto:
"¿Qué me dices? ¿volvemos con los tíos de blanco o nos marchamos con este señor?"
Ella suspira, lanza una mirada poco amistosa a Úrsula pero por fin cede.
"Vale. Nos vamos con él."
Omar Chariff se vuelve hacia mi con una encantadora sonrisa destinada a ese chocho mío en crisis desde hace una década.
"¿Y usted, qué dice, signorrrrrina?"
Es una pregunta retórica, claro.
No me queda otra que claudicar.

La limusina no es un vehículo precisamente discreto pero nos quedamos todas alucinadas: cabemos las cuatro además de Omar Chariff, aunque no creo que sospeche que tendrán que tirar de mi él y el chófer para levantarme luego de este asiento tan extra-mullido. No solo entramos los cinco y el chucho Ernesto, sino que incluso queda sitio para que emerja de nuestros pies una nevera con una botellita de cava y unas copas frías que nuestro anfitrión nos tiende a la vez que da unas instrucciones al conductor a través de un interfono.
"...es que yo por la osteoporosis tengo prohibidas las bebidas gaseosas" susurra Reme en tono estrangulado como si estuviese declarando que llevaba la cabeza del obispo metida en la faldriquera.
"Haz como que fuese Navidad, hija, un sorbo no hace daño a nadie" le dice su archienemiga Úrsula me supongo que tratando de ganar puntos entre la concurrencia para que no la desmonten en marcha a ella y al perro-lame-chochos en cuanto Omar se de cuenta que ella de poderes nada.
La Reme, que es una inocente y más buena que unas alubias dejadas de hoy pa mañana, se ríe y le pega un buen trago a la copa, con lo cual se crea una momentanea atmósfera de "buen rollo" que diría mi nieta. Luego el cochazo arranca entre el tráfico de última hora de la tarde de la ciudad y entonces me siento encargada y responsable de romper el glamour para decirle al guaperas:
"Bien, no sé si se habrá dado cuenta pero somos mujeres muy mayores y necesitamos unas cuantas cosas básicas para ir tirando que no llevamos con nosotras por aquello de salir como unas fugitivas: en particular yo misma necesito mis píldoras para los dolores de la artrosis o dentro de un par de horas estaré tiesa como un bacalao y sin poder dar un solo paso; mi amiga Reme precisa un pequeño equipamiento de bragas y salva-slips por aquello de las incontinencias" Reme se pone colorada y bufa como si no hiciese falta decirlo cuando es la puta verdad"...y en cuanto a Sole pues ya ve: eso que lleva sobre la cabeza no es el pellejo disecado de su caniche muerto, es una peluca con la que la timaron unas brasileñas desaprensivas y precisa como mínimo un tocado capilar y no sé si alguna cosita más" Sole se pone al lado de la Reme en su momento de indignación, y cuando me vuelvo a la gran Úrsula se pone a temblar de cólera antes de poder decir nada "...y Úrsula como mínimo necesitará su comida para perritos, ¿no?"
"Justo eso" suspira aliviada apretando a Ernesto contra el canalillo de sus pechos "bueno y lo del colesterol, los triglicéridos y todas esas cosas, ya me entiendes".
Omar Chariff ríe como un hombre de mundo habituado a tratar con mujeres mayorcísimas, y me supongo que aliviado también porque ninguna ha pedido además chuparle la polla.
"¡Trrranquilas, trrranquilas, está todo pensado! En el lugar al que nos dirrrigimos contarrán con todo un equipo de doctorrres de prrrrimerrísima calidad y toda la medicación y complementos femeninos que puedan rrrequerrrirr parra su higiene perrrrsonal. Ahorrra les rrrogarría que nos pussiesemos un poco comodos todos y me contasen cual es su verrrsion de los hechos"
"No hay versión. Somos tres mujeres mayorcísimas y no sabemos de qué nos hablan, estamos asustadas y solo queremos volver a casa" digo yo probando el rollo de anciana indefensa a ver si cuela, pero Omar Chariff sonrie y menea la cabeza negativamente la cabeza como diciendo esta-bola-ya-me-la-han-contado. No me da tiempo a replicar porque la gorda Úrsula interviene aferrando de nuevo de esa forma a Ernesto que hace temer por su salud canina y suelta:
"Ah perdón, ya sé que yo soy más joven que vosotras" dice la hijaputa como si de veras se creyese Britni-Espirs "pero por ser-ser, somos cuatro, ¿no?"
"Ya, pero tu no tienes superpoder" contesta la Reme cagándola de nuevo porque cuando toma alcohol no es es ella misma "y nosotras SÍ"
Omar Chariff levanta la ceja y mira a Úrsula
"Ah, ¿perro usted no es de las mujerrres que estaban en el estadiiio cuando los coches explotarrron?"
Por ser vieja me he vuelto sensiblera, y ahora que veo a la gorda aferrada al perrito a punto de salir volando por la puerta me da pena, y digo
"Ella es una más, todas estamos en el ajo. Somos un paquete, o las cuatro o ninguna"
"Un paquete, ha-ha-ha" ríe Omar "perrro yo no soy el jefe, solo soy un emisarrrio mis querrridas señorrritas y crreo que cuando lleguemos a destino querrran prrobarr la cualidad especial que tiene cada una..."
Úrsula me mira agradecida y pienso que va a callar pensando en como justificar su presencia en el trasto ese, pero en su lugar dice
"...bueno, en realidad tengo un pequeño poder yo también...hasta el otro día no me di cuenta pero la cuestión es que...ejem...puedo hacer algo"
Todos la miramos atónitos y Reme, algo agresiva con los chupitos y el cava, es la primera en decir:
"ah, pues que lo demuestre ahora que estamos todos, a ver si es verdad. Que yo no sé si quiero ser paquete del mismo paquete que ella."
Úrsula se ruboriza, deja a Ernesto sentado entre ella y Sole que hasta ahora no ha hecho más que beber y callar dice en tono un poco piripi evidenciando que no nos estaba atendiendo
"¿quien va a enseñarnos el paquete?"
Entonces va la Úrsula, pone sonrisa de chica en su primera prueba para un musical, se levanta un cachete del trasero y ¡se tira un cuesco!...
(...)
...parece que solo ha transcurrido un parpadeo pero cuando doy el siguiente pestañeo me veo a Reme con la maltrecha peluca de Sole en la cabeza y a Omar con los pantalones en los tobillos luciendo unos deslumbrantes calzoncillos blancos que resultan turbadoramente repletos hasta para una señora de mi edad.
"¡JODER!" chilla la Sole agarrando su maltrecho peluquín y volviendo a colocárselo en la cocorota.
"¡coño!" dice Omar más bajito, luego se palpa los atributos y pregunta "¿me he hecho usted algo durante este rato?"
"Oh, pues claro, aproveché para hacerle una mamada" responde Úrsula poniendo un momento cara de pendón para luego chillar "¿pero qué clase de cerda cree que soy?"
Reina un desconcierto general en el interior de la limusina y creo que debo ser yo quien trate de organizar la situación ya que Omar parece desbordado tratando de subirse los pantalones a lo largo de esos hermosos muslos peludos.
"...entonces, Úrsula...me estás diciendo que cuando te tiras un pedo todo el mundo queda paralizado y haces lo que quieres, es eso, ¿no?"
"Paralizado no" dice ella un poco blanca "Se para todo, incluido el reloj. Lo descubrí el otro día en que fui a casa de tu novio, ¿te acuerdas?..."
"...que yo no tengo novio, coño...." rujo
"...que ya sabes quien te digo, mujer, no me hagas discutir eso ahora que estamos en otra cosa. Te acuerdas que me llevó a su casa a tomar un chocolate..."
"No estoy celosa, Úrsula" bufo impaciente "Ve al grano".
"Bien pues cuando estábamos en su casa y empezó a decirme eso de "voy a enseñarte una cosita a ver lo que haces con ella", noté una sensacion...bueno, un gas, por llamarlo algo, y fui a pedirle disculpas antes porque veía que era algo inaplazable pero sin darme tiempo a decir nada, ¡puf"
"Querrás decir "prrrrrrzzz"" dice la Sole arrugando la nariz intentando imitar una pedorreta.
"Es igual" susurra la Úrsula en el tono de quien estaba deseando cacarear algo pero no había encontrado con quien "total, el "gas" salió y ¡ay!, que me vuelvo y me encuentro que el Conrado se ha quedao todo tieso y sin mover una pestaña...casi me muero del susto, pero cuando voy a llamar al 112 y no hay línea y luego me vuelvo a ver a Ernesto ¡y le encuentro paralizado en su cojín con una patita en alto como si estuviese disecado!...ay creí que me moría, así que me asomé a la ventana y veo que ¡afuera todo está parado!...los coches, la gente, hasta los pájaros estaban en el aire a mitad de revoloteo!"
"...¿entonces usted es capaz de parar el tiempo?" susurra Omar creo que absolutamente encantado
" Creo que solo un cuarto de hora o así, pero depende" musita Úrsula haciéndose la virgencita avergonzada y como que los problemas con flatulencias que perturban el espacio-tiempo fuesen cosa de otra. "esa misma tarde fui al super, me tiré un pedo y saqué la compra por el morro sin que nadie moviese una ceja... así literalmente hablando".
Todas quedamos ojipláticas, y yo además preocupada porque visto lo visto, el pinchar las ruedas de los coches me está condenando al último puesto de la cola en la lista de super-septuagenarias...
....pero la preocupación no viene de ahí: de alguna rara manera sé que fui yo quien empezó, y que todo lo que ha ocurrido después se ha generado a partir de mi.
Sentí mi poder, y apenas fui consciente de él, Sole y Reme, mis mejores amigas, se hicieron capaces de materializar y hacer realidad mis deseos más funestos: hacer volar por los aires todos esos putos cacharros de cuatro ruedas...mandar al carajo el sistema sanitario que nos da los numeritos de los cojones de la Seguridad Social donde nos tienen a todas como ovejas esperando que llegue nuestro turno para largarnos la receta que nos toca y además mirarnos con cara de ser viejas, tontas y pesadas...y por fin, el deseo supremo: lograr que se detenga el tiempo, para ponerle freno al jodido proceso de ser cada vez más vieja y que no termine por consumirseme la maldita rabia contra el mundo que me mantiene viva, para no terminar siendo un mueble en una institución hasta que el que día deje de funcionar y me manden a tomar por el culo...
.......todas, todas y cada una han estado conmigo y en todas ha surgido el poder....la pregunta es, ¿como surgió el poder en mi?...

Mientras me sumo en estas divagaciones, Omar ha terminado por desgracia de colocarse los pantalones y digo "por desgracia" porque aunque suene increíble he notado un ligero cosquilleo en las partes bajas viendo esos atractivos muslos velludos ahí al lado mío...ahora que se siente menos cohibido ha empezado a hablar con entusiasmo de sus objetivos:
"...mi querrrido rrrramillete de violetas, no pueden hacerrrrse idea de lo imporrrtante que resulta contar con ustedes para los fines de nuestrrra orrrganización, son ustedes el Caballo de Trrroya perrrfecto: ¿quien va a desconfiarrrr de unas encantadorrras ancianitas como ustedes se las encuentrrre donde se las encuentrrre?"
"Pero nosotras no queremos colaborar con células de Mal-Queda" dice bajito Reme todavía un poco en shock tras la demostración de Úrsula: "Yo en particular solo quiero volver a casa y..."luego parece pensarlo un poco y añade con una pena que me mata "...bueno, a casa ya sé que no...solo quiero vivir tranquila y no meterme en problemas."
"Querrrida amiga" dice el Omar con un gesto casi paternal que me llena de ira "Ahora hay decisiones que no dependen de usted...le rrrrecomiendo que haga como sus amigas y se deje llevarrrr, mi priorrridad va a ser siempre su..."
"¿"Qué" hacen las amigas?" ha bufado Sole olvidadas al parecer sus palpitaciones púbicas a costa de Chariff "¿Quien dice que yo estoy de acuerdo con nada de lo que usted está diciendo?"
En ese momento retomo el mando de la cuestión, pongo cara de vieja pérfida y le digo a Omar:
"Solo estamos aquí para hacernos con el vehículo y poder largarnos. Lo demás ha corrido a cuenta de su imaginación, amigo."
Omar pone cara de acojonao como si estuviera rodeado de chacales hambrientos, después veo su dedo índice dispararse hacia el interfono que le comunica con el conductor y entonces ordeno a Úrsula:
"¡Tirate un pedo!...¡YA!"
...........
....la peste es impresionante pero eso sí, quedamos todas sin palabras: todo ha quedado detenido. Omar, el coche, el tráfico de la carretera, hasta el mismísimo Ernesto. Solo quedamos las cuatro ahí mirando alrededor alucinadas, o al menos Reme, Sole y yo, porque Úrsula pone cara culpable y susurra:
"Tenemos como quince minutos. Hay que darse prisa."
"¿pero como lo has hecho?" digo atónita "¿porqué no nos hemos quedado paradas todas ahora y antes sí?"
"No sé, igual es que puedo dirigirlo" responde ella mordiéndose el labio otra vez y no sé porqué pero me pregunto porqué antes, cuando hemos estado a punto de dejarla en tierra al marcharnos con Omar, no ha dicho nada de este poder, pero ella misma apremia:
"Vamos, ¡hay que correr!"
"Correr" es un concepto inconcebible cuando se pronuncia en una orden verbal dirigida a mujeres cuasi-octogenarias, pero basta para que me olvide de mis recelos y nos ponemos a hacerlo tan rápido como podemos: arrastramos a Omar y al chofer ( que está casi tan potente como Omar ) más allá de la cuneta, en mitad de unos arbustos. Sole y Úrsula insisten en perder unos minutos preciosos quitándoles los pantalones, creo que por curiosidad morbosa más que nada, e incluso las veo echando un vistazo tras el elástico de los calzoncillos y riendo alborozadas. Entre tanto Reme tiene la cartera de Omar y cuenta hasta cinco tarjetas de crédito que se guarda debajo del sostén con una risita, yo por mi parte he conseguido las llaves de la limusina, así que ordeno:
"Vamos a dejarnos de tomateo que ya estamos mayorcitas. Si ya le habeis visto el rabo al Chariff y al chofer, dejadlos atados con los cinturones o lo que sea y vámonos cagando leches de aquí."
Las chicas obedecen dejando al par de maromos con las muñecas y los tobillos atados juntos con un cinto,  y un momento antes de que la realidad empiece a temblar como un flan como si se dispusiese a arrancar de nuevo, estamos las cuatro montadas en la limusina, Sole vestida de chófer y resoplando porque las dimensiones del vehículo exceden todas sus posibilidades automovilísticas, y nosotras detrás repentinamente excitadas y ebrias por todas las opciones que de pronto se nos presentan...

...en la primera ciudad que encontramos con cajeros automáticos, metemos una tras otra las tarjetas del amigo Omar ( todas de color "oro" y "platino" ) y Reme hace su numerito: empieza a concentrarse en los números de la pantalla y estos empiezan a bailar como locos cada vez que nos piden el "código-pins" o cuando enseñan el disponible en efectivo, hasta que  en diez minutos nos vamos de allí con sesenta mil euros en el bolso, a buen seguro propiedad de los Mal-Queda como dice la otra...

...en el siguiente pueblo, aun siendo ya noche cerrada, encontramos a un abuelete a punto de montar en una cochambrosa furgoneta. Paramos la limusina, la Úrsula baja, se tira un peo al suyo y un momento después seguimos ruta con la furgo del abuelo pero eso sí, dejándole a cambio en la mano las llaves de la limusina que ha reemplazado a su vetusto cacharro.
Solo espero que no le haya dado algo del susto.
Las personas mayores, a nuestra edad, ¡somos tan impresionables...!

( Fin de 2ª temporada )

¡y feliz noche de miedo!