sábado, septiembre 28, 2013

7 NOCHES DE ( des ) AMOR: NOCHE 3 - ¿SABES LO QUE PASA CUANDO DICES QUE ME QUIERES?



La experiencia no-sexual con el R. de los cojones está resultando una especie de catarsis en la que me estoy purificando de mis excesos y defectos alcanzando un estado que solo puedo definir como ascetico: a estas horas me veo en casa, recién duchao con agua próxima a temperatura de escaldar huevos y enfundado en ese chandal de la Cadena Q que nunca me pongo después que un musculoso me preguntara en el gym lo de "porqué-vienes-en-pijama". 
Sobre mi regazo, el esmarfon de los cohonnes. 
Esperando -claro- esa llamada de R. que aguardo con impaciencia tras el suave apretón testicular que me propino ayer en ese bar mascullando que "le vuelvo loco" con tono de coneja en celo lista para la procreación. Después de eso llevo todo el día convencido que el tío a pesar de hacerse el estrecho en el fondo es un guarrón y voy a poder entregarme con él a todo tipo de bajas pasiones.
Si llama, claro.
Entretanto voy a poner en la tele el "Ande'stás corazón" que creo que salía Deivid Bekam en gallumbos...
(...)
...que mal me siento entregado a este tipo de entretenimientos tan poco intelécticos. Mejor voy a coger el libro del Dostoyeski que prometí me iba a leer después de hacer la primera comuníón, jas-jas-jas. Quiero que R. me encuentre en un estado mentalmente interesante, ¿me entiendes?
(...)
ROOOON-ZZZZZ-RRROOON-ZZZ-ROOOOON...¡Estoy despierto, estoy despierto!
...pero si son las diez y este no ha respirado.
¿Le llamo yo o mejor espero un poco para no hacer que se sienta presionado?...¡este chico es tan sensible!...
(...)
Las once.
Llamo y se acabó.
Solo tengo el número fijo que ha dejado para que contacten con él desde la oficina, espero que no sea el de casa de su madre...
"¿Siiiiii?"
Ese no es su madre, es más, es un tonillo que me suena mogollón a maricona con perdón. ¿Estará liao el R. con un tío y yo soy solo su entretenimiento para ratos de soledad?...
"¿Está R.?"
"¿Y quien pregunta?"
"Un amig...compañero de trabajo"
"¿un "amiggg" o uno del trabajo? ¡jijiji!"
"Habíamos quedado que me iba a llamar, y como es un poco tarde..."
"Ha salido" dice la vocecilla "pero me puedes dejar un recao, o se lo dejas en el tuiterr, que el lo mira siempress"
"¿Y sabes donde ha ido?...es que era un asunto urgente" digo sonando varonil y profesional pero pensando al mismo tiempo que yo eso del tuiter lo tengo muy poco trabajado.
"No sé, cari...estará en el bar... ¡oye, pero tu quien eres!"
"¿el bar? ¿qué bar? ¿el "yuis-an-brekfas"?"
"no hombres no, el "Platanitos"...¿pero tu quien eres?...que al final me voy a ir de la lengua y me van a echar la bulla a mi..:"
Cuelgo sin perder más tiempo.

El "Platanitos". El equivalente al bar de las niñatas universitarias pero lleno de maricas-malas jovencitas deseosas de despellejar y criticar. Hasta R. es un poco mayor para ir allí, ¿qué habrá ido a buscar?...
Presa de la ansiedad, salgo zumbando y ni me cambio ni ná...
(...)
En Platanitos.
Un tugurio con las paredes de espejos, neones de color rosa, palmeras de plástico y un montón de nenes dandose besitos en las mejillas y poniendo a parir a todo el mundo. Cuando entro soy el equivalente a una gran bolsa de pipas, de pronto todos tienen algo con lo que entretenerse...
No me cuesta reconocer a R. entre todos esos cutis afeitados, perfumados e hidratados, está ahí en una esquina de la barra oyendo hablar a un afectado rubito vestido con camisina y jeans tono rosa-palo, mirándole con esa mirada suya muy ligeramente estrábica que le da un adorable aire de permanente confusión. Cuando me ve, no obstante, se le tensan los hombros y frunce el ceño consiguiendo que el rubito se vuelva y componga una boca de O como de muñeca hinchable.
"¡Mira, ha venido tu papá!" dice la muy zorra sosteniendo la copa con el meñique estirao "Pobrecillo, regálale un pull-over por el dia del padre, porque va super fatal"
Pienso responder algo sucio al nene pero en su lugar miro a R. y le digo
"Joer, creía que me iba a llamar"
"Ayyy que metepatas, si es tu noviooooo" dice la nenaza pérfida "¿quereis que me vaya a la barra mientras discutis la relación?"
"Jo tío, esto ya es acoso sexual. ¿Qué haces aquí?" dice R. sin contestar a la nena.
"PUESSS PERDONE EL SEÑORRR PERO COMO AYER ANTES DE IRSE ME DIO UN APRETÓN DE GÜEVOS Y ME DIJO QUE LE PONÍA TODO LOCO Y QUE HOY ÍBAMOS A HABLAR, PUES HE ACTUADO EN CONSECUENCIA" digo en voz alta consiguiendo que el mariquiterío circundante se aferre las manos y nos contemple como el que ve un capítulo del Falcon Crest.
R. menea la cabeza sensiblemente disgustado.
"Que idiota eres. ¿Y por eso me montas este número delante de todo el mundo? Qué pasa, ¿que me la quieres chupar? Pues vamos al servicio, te despachas y así te pierdo de vista de una vez por todas."
( "oooooooohhh" dice el público de mariquitas )
R. ,sin esperar a que yo le conteste, se va al WC de caballeros y cierra tras de sí dando un portazo. Me quedo un nanosegundo ahí procesando lo que me pasa por la mente, nanosegundo que aprovecha el rubito para decir:
"¿Vas o no? Porque si no te decides aprovecho yo, jijiji"
Eso me basta para ir a los urinarios masculinos, dar una viril patada en la puerta y encontrarme a R. con el pantalón en los tobillos y sentado en un lavabo. El blanco de sus calzoncillos tradicionales resalta turbadoramente sobre el tono tostado de su piel y ese vello oscuro que cubre sus muslos haciéndose más denso según sube mi vista hacia su entrepierna.
Cuando llego, con la boca chorreante cual coyote famélico, me contempla con una mirada muy seria y por fin dice:
"Vamos. ¿A qué esperas?"
Me pongo a cuatro patas, hundo la nariz en el bulto de su paquete aspirando su olor a macho y algun efluvio más característico de la zona, luego aferro con ambas manos el elástico del calzoncillo y...
...llámame tonto, pero tengo que soltarlo, levantar la nariz y preguntar:
"¿Pero tu quieres o no quieres?"
R. me contempla como si yo fuese una curiosa especie de comadreja disecada y pregunta
"¿Eso importa?"
Que el Señor me asista y me explique el porqué, pero me pongo en pie, cruzo los brazos y gruño:
"Pues claro que importa. ¿Qué especie de cerdo crees que soy?"
Y, sin reconocerme a mi mismo, me doy media vuelta y me largo de allí, del WC y del Platanitos, con los ojos casi lagrimeando de pura rabia contenida.

Si fuese verdad lo que nos decía el cura del colegio a propósito del "vicio solitario", a estas altura yo sería ya un señor calvo, con gafas y lleno de granos...