viernes, mayo 12, 2006

DIARIO DE ENNIS DEL MAR (1ª PARTE)

No sé como reuno la fuerza y el coraje para escribir estas líneas, en estos instantes de mi vida con la Muerte rondando mi caravana... por la noche oigo los pliegues de su negro manto rozando el suelo, los cristales de las ventanas, y su voz, que es dulce como la voz de Jack en la penumbra, su voz me dice: "Se acerca la hora, Ennis. ¿Estas ya preparado para viajar conmigo?"
... yo siempre le respondo que no, porque aunque soy viejo y estoy tan cansado, me aferro a las sabanas y lloro como un niño, sigo agarrándome a la vida porque todavía queda una cosa por hacer. Se lo digo a la Muerte y Ella suspira, su suspiro es más fuerte que el viento que hace vibrar mi caravana, consigue que mi corazón se detenga un instante, pero después continúa latiendo, golpeando mi pecho como un chico descontento golpea el plato que no desea seguir comiendo.
Y la Muerte ahí fuera susurra con la dulzura de una enamorada "No puedo esperarte siempre, Ennis del Mar. Por hoy está bien, seguiré mi ruta, pero recuerda que sigues en mi camino, cada día mi sendero se cruza con el tuyo."
...en cierto modo desearía abrir la puerta y terminar, pero aún hay algo que deseo hacer antes de irme. Porque aunque mi cuerpo se ha encogido y arrugado como un papel en la hoguera, mi amor nunca ha envejecido, ha continuado brillando cuando la oscuridad me cegaba, cuando la esperanza se había perdido, en ocasiones ha sido la única fuerza para seguir viviendo... y es lo que deseo dejar en estos papeles, por mis hijas, para que consigan entenderme, y por Alma, que pueda comprenderme y si es posible disculparme. Porque Alma, te quise tanto como me es posible querer a una mujer, pero desde el principio hubo una verdad irrefutable, esa verdad era Jack Twist, y después de Jack... después de Jack no hubo más.
Por eso, para que puedas sentir el deseo de explicar alguna vez a las chicas que el viejo Ennis del Mar no fue un mal hombre después de todo, para que me puedas recordar sin amargura , te voy a contar una historia:
"Erase una vez un chico, erase una vez un día recién empezado el verano, erase una caseta con una puerta cerrada, entonces se escuchó el ruido del tubo de escape de una vieja furgoneta y de pronto... cielo santo, Alma, de pronto el mundo saltó en pedazos, de pronto todos los relojes se pusieron a cero y la vida empezó a contar desde ese instante. Apenas se abrió la puerta de esa furgoneta y ví aquellos ojos azules supe que yo...
...supe que mi vida..."
...las lágrimas, mis viejas amigas, no me dejan ver el papel. Ellas nunca me han abandonado, ni siquiera ahora que estoy muriéndome en este trasto, abandonado por todos.
Mis lágrimas. Si por cada lágrima te devolviese una gota de vida, vivirías mil años, Jack Twist. Si por cada gota de mi sangre consiguiese un nuevo latido de tu pecho, me habría estrujado como un limón hasta quedarme seco... pero no ha sido así, y después de tanto tiempo todavía no puedo soportarlo, ¡Dios!, no puedo decirlo en voz alta:
Jack Twist ha muerto.
...y me maravillo del milagro de que él no este y yo haya podido seguir aquí, aunque sea llorando, para recordarlo. ¿Como lo has hecho, corazón? ¿Como has seguido latiendo, un día tras otro, si ya no había motivos para hacerlo?...
Necesitaré un día más, Muerte. Al menos un día más para contar mi historia.

EL ESPEJO


Amo contemplar a Jack. Jack es vida, Jack es belleza, energía positiva, es un poco de inocencia, creer que se va a poder salir con bien de las cosas por dificiles que se pongan... también es seducción, sexo, pasión, Jack representa abrazos sudorosos, es mirar tan de cerca un rostro que no lo puedes ver, un aliento entrecortado sobre otro, es dejarse ir y no pensar en nada...
Me sumerjo en las aguas de los ojos de Jack y deseo ser un pez para no tener que volver a salir a respirar.
Jack es Amor.

Pero ha ocurrido algo.

He descubierto que cuando me contemplo en el espejo, a quien veo es a Ennis del Mar.

Ha sido poco a poco. Ennis ha requerido de mi paciencia, de todo mi amor y mi atención, he tenido que sacar brillo a su imagen con ternura, repasar con la yema de los dedos las diminutas arrugas en la comisura de sus párpados, rascar en sus silencios, en su forma de bajar la mirada. He pulido sus contornos con tanta dulzura como si de verdad estuviese acariciando el cabello sobre sus sienes...me he conmovido al ver sus señales de envejecimiento, la aspereza de sus mejillas sin afeitar y las legañas en sus ojos, esas que se niega a despegar después de las noches en que ha soñado con Jack y no quiere despertar... la forma en que traga saliva cuando algo (una carta con letras rojas, una camisa en un armario) le emociona tanto que no puede coger aire y el corazón quiere escapársele por la garganta...
He raspado la superficie y primero he encontrado su amargura y su dolor, por ser él quien tiene que seguir levantándose cada mañana, haciendo un esfuerzo para comenzar a vivir, por ser él quien se ha quedado para cargar sobre sus hombros con el peso de la tragedia. Ahí estaba también su miedo a luchar por lo que ama, y su cólera hacia si mismo por su incapacidad para demostrar sus sentimientos, por el esfuerzo que le cuesta estrechar a Jack entre sus brazos y por lo mal que se siente cuando él se ha ido por no haberle abrazado lo suficiente... por la cantidad de abrazos que podía haber dado y se han quedado en su pecho, secos e inútiles como flores cortadas.
He escarbado una y otra vez, queriendo llegar a su núcleo interior, al centro de su corazón, y cuando por fin lo he conseguido...

...ahí estaba yo.

Yo soy tu, Ennis del Mar, ese hombre melancólico, enamorado, solitario, que cierra una y otra vez la puerta a la felicidad cuando pasa por su lado, que finge ser duro y no necesitar de nadie pero que está una hora vomitando en un garaje con la cabeza entre las rodillas ante la sola idea de no volver a ver a Jack.
Y tú eres yo, un ángel con las alas cortadas dejado caer a este mundo sin ninguna explicación, que no sabe muy bien que es lo que hace aquí, donde va ni de donde viene, que intenta hacer lo correcto mientras se pregunta por dentro qué es lo correcto... que procura recordar cual era el sistema para pegar un salto y alzar el vuelo sin estar seguro de haberlo sabido alguna vez. Recibiendo golpes sin saber de donde vienen.
Esperando la ocasión para recuperar esas alas perdidas.

Aunque no lo sé, Ennis del mar. Quizás con Jack tus alas se fueron para siempre.

Yo espero tener todavía mi oportunidad...

Espero...