viernes, marzo 21, 2008

ES PRIMAVERA


http://es.youtube.com/watch?v=Eee1ZuxmEGk

L'amour, ah...
Se acabó ser la foca solitaria que aulla sus penas lejos de la manada.
Es primavera, los árboles están llenos de flores rosadas que dejan caer pétalos a nuestro paso y aquí estamos mi chulazo y yo. Él, con ese aspecto como recien salido de una película triple X gay que me tiene en estado de celo permanente correteando a su alrededor...
Logra hacerme bajar de la nube su voz cuando, con ese léxico fluido que caracteriza a los ejemplares de su especie, va, se vuelve y me suelta:
- Jo tío, que reseco. Porqué no nos tomamos un par de cervezorras...-logro fruncir mis labios en forma de corazón antes de que añada-...además me estoy meando, cari.
La vejiga de mon amour es lo primero asi que correteamos como hadas asustadas diría yo hasta la primera cafetería que encontramos, un lugar con camareros vestidos de negro y público mayormente octogenario. mi chulazo, espontaneo como es él, se rasca el pezón por encima de la camiseta de redecilla y le dice al de la barra:
- Dos birritas, per favore.
Ah, como parla el italiano, deja al tío ( inquietantemente parecido al abuelo de la familia Monster )boqueando cual trucha fuera del agua. Yo sonrío con diplomacia británica y logro hacerle entrar en movimiento, de hecho soy la mismísima duquesa de Windsor hasta que mi chico me agarra a nalga izquierda y dice:
-...uff, estoy calentorro. Anda, ven p'acá.
Esta honesta declaración de principios que normalmente tiene la virtud de llenarme de alborozo y tenerme con los pantalones en los tobillos en un par de segundos, en esta ocasión me llena de desasosiego.
- Mi amor... -susurro enrojecido mientras Mr.Monster abre las cervezas con una mirada que congelaría el oceano Pacifico- ...no seas tonto, estamos al lado de casa. Contén a esa fiera un ratito, ¿sí?
Pero mi chulazo se mueve por instintos básicos y sin mediar palabra me arrastra escaleras abajo siguiendo el cartel que señala "WC". Allí mismo, antes de entrar me planta un morreo de esos que hacen burbujear el asfalto, entonces ya me desato, jadeo como una perra y farfullo:
- Arf-arf, está bien, que sea aquí mismo, como dos animales...
Entramos al empellón, yo delirando entre sus brazos, me sienta en el lavabo, me hace un tratamiento salivar exhaustivo por todo mi rostro y al fin...
...zas, saca su trabuco.
Canastos, está a cien, casi podría subir sobre él con los dos pies y cantar "La Marsellesa".
Sonrie confiado al ver mis ojos de asombro ( y de susto, pensando qué demonios quiere hacer con "eso" aquí ), me voltea con profesionalidad y en un plis-plas me veo con mis nalgas al aire, temblorosas cual ala de libélula bajo el aire acondicionado.
Ah, es porno total.
Me chifla.
Me dispongo a soltar un par de barbaridades antes de recibir ese...ese...estacazo, cuando...
"Ñiiiiiik"
...veo girar el picaporte, mi chulazo es rápido de reflejos pega una patada a la puerta y se apoya contra ella, algo sobresaltado.
- ¿Oiga? ¿Oiga? -chilla una voz de señora mayorcísima ahí fuera- ¡Quiero entrar!¿Que pasa ahí?
Veo un contenedor para artículos usados de higiene íntima femenina a un par de centimetros de mi nariz y rujo entre dientes:
- Jilipollas, me has metido en el servicio de las tías.
- Jo cari, es que en pleno fogonazo ni miré donde iba...
Siempre le disculpo su ciega lujuria pero joder, esta vez es distinto.
- Ah, sí, pues ahora pregúntale a "él" qué hacemos para no acabar arrestados por escándalo público.
Pero "él", es decir, su trabuco, ha iniciado una precipitada retirada hasta hacerse casi invisible en una nube de pelusilla. Voy a decir algo cruel pero algo en los ojos asustados de mi chico con el pantalón en las rodillas y cara de potrillo indefenso me conmueve y de paso desata mi diablo interior, me arrodillo ante él y mascullo:
- Bueno, ya que van a pillarnos en esta tesitura, al menos que sea por una buena causa...
- ¡Pero cari! -chilla cuando busco el trabuco transformado en perdigón y empiezo a darle un castigo serio-...aaaah, cariii...
La tormenta de golpes arrecia fuera.
- ¡Hombres! -chilla la de fuera- ¡Hay hombres en los servicios de señoritas!
Acto seguido se escucha un tropel de pasos en la escalera, la tercera edad se asocia con frecuencia a escasas emociones y comprendo que la clientela no quiera perderse el espectáculo. Yo no puedo decir nada, el trabuco ha recuperado su prestancia y dejándome sin palabras, me agarro a sus muslos y él empieza a mover su trasero adelante y atrás, generando un golpeteo en la puerta que arranca murmullos apagados en el público del exterior, quizás esperando ver salir al mismísimo lagarto Godzilla de un momento a otro.
El estrés y la emoción hacen que mi churri termine rápido, agarrándome de los pelos y aullando barbaridades como "trágatelo todo" que, a pesar de la pasión que nos arrastra, me hacen temer la salida y enmudecen definitivamente al otro lado de la puerta.
...pero no hay miedo, cuando él acaba me limpia la comisura de los labios con el pulgar, me besa ligero y tras decir en voz baja "prepárate que en casa te toca a ti"sale del WC subiéndose la bragueta y sonriendo a un montón de ancianitos que nos contemplan con ojos más bien envidiosos...
...en la barra suelta un billete de 10 euros, coge los dos botellines de cerveza y salimos abrazados.
Aaaah...
...es primavera y el cielo y el suelo son de color rosa.
L'amour...

martes, marzo 11, 2008

MAS AUTOBUS



...entro corriendo al autobus porque ahí fuera el cielo se está desplomando en forma de lluvia sobre la ciudad como si tuviese algo personal contra todos nosotros. Junto a mi entra una pequeña y húmeda muchedumbre, aún con los paraguas abiertos, mascullando y maldiciendo, algo realmente diabólico de manera que cierro los ojos y me dejo empujar hasta que la masa me detiene en algún punto.

Despego los párpados y me encuentro el ángulo que una mandíbula sin afeitar forma con un hermoso cuello. Levanto la vista y veo unos ojos oscuros y una leve sonrisa que no sé si quiere ser una excusa por ocupar mutuamente nuestro espacio vital o si solamente es de puro fastidio. Su pelo negro gotea como el mío, quedo hipnotizado un instante contemplando una gota que pende de un rizo de su frente, que aumenta y se agranda hasta...

...una voluminosa señora estrella su brazo contra mi cabeza y me propulsado a un milímetro de la piel de su garganta, inhalando sin querer una ligera fragancia de perfume y el aroma de su cuerpo, más profundo. Elevo mis pupilas para excusarme y la gota de su rizo cae sobre mi nariz, resbalando despacio hasta su punta. Mientras la gran mujer no retire su peso de mi espalda, tengo su pecho apoyado contra el mío, si dejase caer la cabeza sobre su hombro pareceríamos dos amantes entregados. En su lugar mantengo la barbilla alta y con mis labios a un segundo de los suyos susurro: "Perdona". Él muestra un rayo de sonrisa blanca y retira con un gesto su cabello de la frente.

Ya está.

Estoy enamorado.

Dime donde bajas y te seguiré al fin del mundo.

Si me inclino un poco, pienso, puedo besar la base de su cuello y la sombra de vello oscuro que se pierde dentro de su camisa. De pronto mi ángel benefactor con forma de mujer abundante se aparta de mi espalda, llegamos a otra parada, retrocedo un poco y la nueva oleada de pasajeros me arrastra sin contemplaciones hacia la trasera del vehiculo.

"¡Pero...!"exclamo. No hay forma, de pronto me veo entre un hombre de al menos dos metros de alto con traje oscuro de enterrador y una adolescente que teclea nerviosamente su móvil.

Te vi, sentí el aleteo apresurado de tu corazón contra el mío, eras tú...

Forcejeo un buen rato con la multitud intentando al menos establecer contacto visual contigo...cuando consigo que el enterrador me pregunte si nos conocemos de algo antes de apearse y la chica bufe dos veces "jo tío"por mis movimientos inquietos, el autobus se despeja un poco y te busco de nuevo, esa calidez del alma que he visto rebosando en tu mirada...

...pero ya no estás.

Y encima, sigue lloviendo.

PD: La fotografía, una "cortesía involuntaria" del hada del Sur. Gracias, bella.

sábado, marzo 01, 2008

BUS STOP


Primer día de vacaciones y primer día de gripe. ¿Hay alguna explicación razonable y sobre todo justa de porqué me ocurre esto a mi?...
Los virus me hacen delirar y escribir tonterías, un poco como si estuviese colocado, jijiji.
Ahí va mi golpe de fiebre de las 10:30...
Esperando el bus.
En la parada estoy con una anciana de gesto severo y gafas con cristales reflectantes, un tío de traje que no para de tirar del cuello de su camisa y, justo a mi lado, una chica gordita con un poco de bigotillo que zarandea la cabeza al ritmo de su MP3. Allá arriba luce un sol cálido que creo nos hace a todos odiar el exceso de ropa que llevamos...
Según el panel luminoso de "parada informativa", al bus le faltan siete minutos.
Suspiro.
Tic-tac. Tic-tac.
De súbito aparece un viejo y renqueante coche rojo que desfallece justo delante de la parada.
- Que bonito -gruñe la anciana de las gafas de espejo- A ver donde para el autobus ahora.
Busca solidaridad entre nosotros pero todos miramos al firmamento, haciéndola bufar.
- Viva la ciudadanía-resopla, y yo he de parpadear asombrado-.
Del coche baja un hombre de unos treintaytantos, tiene el cabello rubio corto rizado, gafas oscuras y gesto de mala leche. No se me escapa el detalle de la camiseta blanca sin mangas y unos vaqueros insolitamente adheridos a su culo. A la jovencita del MP3 tampoco porque cesa el cabeceo y emite un "bufffffffffff" de neumático pinchado.
El hombre rodea despacio el coche moviendo los labios sin hablar ("la puta que lo parió", creo verle vocalizar aunque es solo una suposición ), pasa repetidas veces las manos sobre sus muslos -un poco innecesariamente, me parece-y levanta el capó del vehículo. Al hacerlo la camiseta asciende dejando ver una tira de piel bronceada y el elástico de sus calzoncillos sobre la cintura de los vaqueros, a la vez que durante unos interminables segundos muestra el vello castaño claro de sus axilas.
Esta vez la chica y yo emitimos el "buff" al unísono y nos observamos de reojo, tengo una cómplice en la sesión creo, en tanto que la viejecita y el ejecutivo nos miran estupefactos.
El propietario de ese trasero que hace ondular la realidad ante nuestros ojos pasa unos instantes en la misma posición, contemplando el motor con suma concentración y perplejidad, tal cual como si viniesen las instrucciones en chino.
Al fin se gira hacia nosotros, avanza un poco chulescamente contoneandose sobre sus botas camperas
( "¡estaba en tu tabla de principios básicos!" chilla mi vocecilla de la moral, el buen gusto y el understanding "¡nunca con botas camperas!" )
nos sonríe deslumbrantemente
("gasp", emite la jovencita y por su rostro congestionado temo que se haya tragado el chicle y esté al borde de la asfixia )
y me dice, ¡a mi!:
- Perdona, sé que es mucho morro pero ¿podría usar tu movil?...el coche no arranca y...
Se me cae todo de las manos hasta encontrar el dichoso aparatito que, al sentir el contacto de papá zumba y anuncia: "batería off".
El juramento que suelto hace volverse a todos mis compañeros de parada con gesto de espanto.
- Se me jodió la batería -explico con sinceridad-pero si puedo hacer algo, lo que sea, para-para-para...
- Yo sé algo de coches -dice de pronto el ejecutivo tragando saliva, y todos le miramos con el ceño fruncido, yo sobre todo- Si quieres que le eche un vistazo a ver...
- Jo, de puta madre -exclama el rubio-.
El ejecutivo se quita la chaqueta revelando un torso trabajado en el gimnasio que no casa con su cara de pamplinas y una camisa algo sudada por la espalda.
( "Esto ya es demasiao"me susurra la jovencita con el labio superior cubierto de gotitas de sudor, "una pasada" convengo yo con un parpadeo largo y profundo)
Ahora vemos los dos traseros en pompa mientras sus dueños escudriñan las entrañas del vehículo, uno enfundado en tergal de Emilio Tucci, el otro apretado en tela tejana. No doy crédito a mis ojos cuando el rubio coloca la palma de su mano sobre la espalda del "yuppie"y señala algo riendo.
"¡Sodomitas!", sisea la anciana mientras la chica y yo salivamos cual coyotes famélicos a la vista de un pollo asado, de súbito el autobus llega con un chirrido, los tres corremos para entrar y nos perdemos en el interior. Yo llego hasta el final y alcanzo a ver la mirada de complicidad entre los dos hombres antes de alejarnos lentamente.
El amor es...
...un vehículo averiado.
Atchis.