domingo, enero 21, 2007

LA SEGUNDA PARTE


... la segunda parte del relato empezado el viernes... de un tirón hasta el final, hala...


...al arrancar la furgoneta se preguntó porqué tantos recuerdos justo esa mañana, una de tantas después de tantos años.
"Es el cielo, este cielo del color de los ojos de Jack Twist...
Jack. Si hubiese tenido valor quizás hubiese sido su imagen y no la de Ed la que habría visto despidiéndole con un gesto por el espejo retrovisor. Siempre había estado allí, el dolor que había dominado se apaciguó, se escondió, Ed lo cubrió con su entrega y su cariño, tanto que en determinados momentos podía olvidarlo, en determinados momentos podía creer que Jacl ya no estaba allí...
"....pero basta un cielo claro y azul como el de hoy para que vuelva a ver sus ojos y su sonrisa, como le ví el primer día que le conocí..."
De pronto una imagen inundó su recuerdo: Jack agotado frente a un fuego casi apagado, como si solo hubiese transcurrido un instante desde aquello pudo sentir el cuerpo amado entre los brazos, el suave aroma que percibía con la nariz apoyada en su nuca, y el beso rápido que dejo en su piel antes de susurrar: "...eh amigo... te duermes de pie como los caballos..."
Un súbito estallido le devolvió a la realidad pero de un modo extraño, todo empezó a moverse a cámara lenta, supo que un neumático había reventado, que no tenía control sobre la furgoneta...
"Jack"
Miró a la derecha y ahí estaba él, con su sombrero oscuro, la misma eterna sonrisa y la mirada puesta en el regazo.
Hundió el pie en el freno sin ningún efecto sobre el vehículo que derrapaba más y más hacia el abismo.
"No, Jack" dijo en voz alta y todo se detuvo en seco: el giro enloquecido que describían, el polvo en el aire, el paisaje rodando a su alrededor, todo paró. Tragó saliva y se volvió a mirar a Jack. Se sorprendió al escuchar lo que sus labios iban pronunciando casi como ajenos a él mismo.
"...no, Jack... quiero despedirme de Ed, poder decirle adios. No quiero que él pase lo que yo pasé."
Vió a Jack reir y mirar arriba antes de responder.
"No depende de mi, Ennis, nunca dependió de mi. Es solo la fuerza de tu amor y la nostalgia lo que me retiene, lo que me trae a ti."
"De mi amor y del tuyo, ¿no Jack?"
"Nunca dudaste de mi amor, tan solo quizás del tuyo... ¿vas a hacerlo ahora?
El viejo dolor golpeó con fuerza el pecho de Ennis pero aún asi pudo responder.
"Quiero a Ed. Sin él no estaría vivo. Me gustaría..."
"...poder decirle lo que sientes?" terminó Jack y la nube oscura que cruzó sus ojos hizo que Ennis se deshiciese en lágrimas. Cuantas veces esas palabras no pronunciadas ("te amo, Jack")le habían abrasado la boca y garganta como el trago más amargo.
Soltó una mano del volante y se la llevó al rostro, intentando sofocar el llanto que subía por su garganta y le ahogaba, solo un instante antes de que Jack le agarrase un hombro y exclamase:
"Joder, Ennis, coge el volante, ¿es que quieres matarte?"
...y sin más se vió haciengo girar noventa grados la furgoneta hasta detenerla a un par de metros del precipicio.
Aún lloraba cuando paró el motor y apoyó la frente en el salpicadero del vehículo.

Ed acababa de atender a los caballos y salía entrecerrando los ojos por el deslumbrante sol de la mañana cuando vió acercrse la camioneta de Ennis, renqueando con uno de sus neumáticos pinchados. Fue a sonreir pero al ver bajar a Ennis con expresión sombría dejó caer lo que tenía en las manos y corrió junto a él. Rozó levemente con los dedos su rostro ceniciento y dijo muy bajo:
"...Ennis, ¿te encuentras bien?"
Por toda respuesta Ennis le abrazó muy fuerte y durante mucho tiempo, hasta que al fin le oyó responder casi en un susurro:
"...quería...quería decirte..."
"¿Decirme?...Ennis, ¿estás bien? ¿Ha pasado algo?"
Ennis se separo unos instantes de él para mirarle con los ojos húmedos y luego dijo:
"...solo es que... creo que nunca te he dicho cuanto te quiero, ¿verdad?"
La emoción enmudeció a Ed durante unos interminables minutos en los que solo estrechó más fuerte a Ennis.
"...no hace falta, Ennis, no hace falta" pudo decirle al fin "...hay cosas que no hace falta decirlas, simplemente se saben... Y se sienten..."
Luego sintió las lágrimas ardientes de Ennis en su cuello y no dijo más, volvió a abrazarle y los dos estuvieron mucho rato allí enlazados con la montaña, siempre la montaña, como único testigo.

"...lo ves, Ennis " pudo oir muy dentro de su corazón "...nunca me lo dijiste, pero nunca me hizo falta porque lo supe, Ennis del Mar, desde el primer momento al último. Nunca, nunca me cupo la menor duda de tu amor... ahora... ¿quieres seguir tu camino un tiempo más?... yo te estaré esperando..."

Fin

Como siempre, con todo mi afecto. Espero que os guste, montañeses, un abrazo a todos.