sábado, abril 15, 2006

OTRA VEZ EN LAS MONTAÑAS


...buscando el aliciente diario he acabado por volver a las montañas, porque mi espíritu quedó prendido allí entre las ramas de los pinos y vive alimentándose de los fantasmas que allí han quedado: los rescoldos de la hoguera, la sombra del ala de un sombrero sobre unos ojos azules, el sonido del viento que trae ecos de voces que estuvieron aquí y que ya pertenecen al recuerdo, el olor de las latas de judías calentándose en el fuego, y sobre todo el amor, el amor que ha estado aquí y ha dejado un hueco tan inmenso como el que dejan los aviones tras de sí cuando cruzan el cielo superando la velocidad del sonido, el aire ocupa el espacio vacio con un sonido como el de un trueno, y de la misma forma resuena aquí, en estas montañas vacías tras esa historia acabada...