lunes, febrero 18, 2013

I WAS AN EARTHLING WEREWOLF IN THE OUTER SPACE ( XII )

Sala de control.
Casi total oscuridad.
La pantalla de comunicaciones se enciende y aparece una rubita con rostro redondo y un inquietante morro porcino.
-¿Hola?...¿Hola?....Les habla la primera ejemplar viable del cruce humanoide-licántropo-porcino, antes Susie-197, ahora rebautizada como Susan Pork. No vengo a ofrecerles una negociación, tan solo voy a hacerles una descripción somera de los acontecimientos que se van a suceder en las próximas horas y en su mano está mantener una actitud colaboradora o permitir que la destrucción sea total y masiva: el área humanoide de la astronave fue invadida a las 23:48 horas de ayer, y tras un combate cruento el contingente licantropohumanoide se vio superado y abrumado por nuestros efectivos cochinos de manera que, en torno a las 06:00 AM de esta mañana podemos decir que la practica totalidad de los ocupantes de esta sección se encuentran o devorados o integrados en nuestras tropas. La única excepción es la humanoide licántropa Cynthia-20 y su antiguo camarada de vuelo, el humano licántropo Perkins, que consiguieron escapar, tomar un montacargas y han quedado bloqueados a la entrada del área humana, sin poder acceder a su espacio. Nuestros requerimientos para un proceso de paz gracias al cual la astronave pueda continuar vuelo y llegar a buen puerto son los siguientes: pedimos la inmediata entrega de los dos licántropos no porcinos que han quedado retenidos en su área para su reclutamiento en nuestras filas ¡o nuestros estómagos, oink-oink!...Lo siguiente y comprensible es la rendición de todos los humanos o humanoides que queden entre ustedes. Los supremos cargos porcinos garantizan que no serán ustedes tratados como ganado, se limitarán a recibir el supremo don y una vez pertenezcan a la raza licántropohumanoporcina, ayudarán a que aterricemos y con ello al salvamento de esta nueva y prometedora especie...Estas son las órdenes, humanos y humanoides...¿aceptais el nuevo orden o preferís morir como cucarachas?
Susan Pork enarca las cejas y frunce su morro, luego mira a su izquierda y murmura:
- ...oink-oink...creo que no hay nadie...
Un cerdo con colmillos de jabalí y una melena negra estilo Cher aparece en plano, gruñe y responde:
- Estarán todos muertos. Vamos a subir, y que les den pol culo a todo, oinkkkkkk.

Interior camarote Deveraux.
El oficial apenas entreabre los ojos, tiene mucho calor y le parece estar en un estado que no acierta a distinguir entre el sueño y la vigilia...
...de pronto entre la penumbra distingue un corro de chicas y de ellas sale Dita con la melena rubia muy cardada, un top negro y unos pantalones negros muy ceñidos a sus piernas...
- ...glup...¿Dita?...joder, estás...eléctrica...


Dita luciendo unas inquietantes uñas lobunas:
You better shape up
'Cause I need a man
And my heart is set on you
You better shape up
You better understand
To my heart I must be true
Nothing left
Nothing left for me to do

Deveraux ( con la espalda desnuda poblándose de copioso vello negro ):
You're the one that I want
Oo-oo-oo, honey
The one that I want
Oo-oo-oo, honey
The one that I want
Oo-oo-oo, the one I need
Oh, yes indeed

Dita, colocando unos inquietantes colmillos largos en torno al pescuezo de Deveraux:
-If you're filled
With affection
You're to shy to convey
Better take my direction
Feel your way

Deveraux intenta hacerse el cachorro zalamero pero Dita le propina un contundente gancho que le deja desmadejado, indefenso y desnudo patas arriba en la cama. Propina unos desesperados zarpazos sin intención ni sentido antes de que Dita se siente a horcajadas sobre él y le gruña a la oreja:
-¿sabes que las hembras lobas llevan siglos conformándose con la postura del perrito a la hora de echar un polvo?...del misionero ni hablamos, pero con esto de la chica encima vamos a reventar todos los estándares...¿te gusta, Deveraux?...sabes que siempre has sido el único, ¿verdad?...el único macho que me ha hecho sentir como una auténtica perra..
-...¿si, preciosa?...entonces...¿lo harías a cuatro patas por mi?...
Dita le propina un doloroso zarpazo sobre la pechera que le abre cuatro rasgones sanguinolientos en la piel antes de responder riendo
-...venga, nene...así sabes que te encanta...

Deveraux pega un salto sobre su colchón de convaleciente y se descubre a sí mismo en la enfermería, a media luz y sin nadie a la vista, ni siquiera Dita.
- ¿Hola?...¿no hay nadie por ahí?
Parece que nadie va a responder pero por fin aparece la doctora Jujú, sonriendo con dulzura.
- Por fin se ha despertado...No sé si se encuentra en condiciones para trabajar, pero necesitamos al menos sus recomendaciones. Perkins ha quedado atrapado en uno de los montacargas en compañía de una chica, vamos a necesitar que nos diga como sacarlos de ahí.
Deveraux se incorpora de la cama sin excesiva dificultad, pensando qué parte importante de la historia debería recordar y está olvidando.
- Tengo en mi camarote un juego de llaves para facilitar la apertura manual de todos los elevadores...será cuestión de minutos sacarlos de ahí.
- ¡Estupendo! -resopla aliviada Jujú-...llevan un buen rato ahí, están supernerviosos. 
Deveraux pone los pies en el suelo, vagamente consciente de que el camisón hospitalario deja al aire sus nalgas desnudas y comienza a caminar a saltitos seguido por Jujú, con la cabeza dando vueltas a algo que no logra concretar como un chucho royendo un hueso invisible.
- Y ¿donde está el resto? El capitán mariquita, su ayudante y la zorra de la lugarteniente...
- En la sala de control, supongo. Hace un rato que nadie ha dado señales de vida.
Al decir esto Jujú sonríe pero toda la situación sigue dando mal rollo a Deveraux. Hacen una breve escala en su camarote para coger las llaves de los ascensores, y lanza una mirada de aprensión a su colchón donde todavía quedan las ligaduras que Dita empleó para inmovilizarle y una gran mancha de sangre en las sábanas a la altura de donde se suponía debía estar su trasero. Contrae involuntariamente los glúteos y un pequeño pinchazo en un recóndito rincón le certifica que todo eso no fue una alucinación.
- ¿Qué pasa con mi culo? ¿Podré utilizar otra vez un retrete de forma normal o las secuelas son irreparables?
- No se preocupe, oficial. Yo misma hice la sutura láser de los desgarros, le garantizo que tras la semana de dieta líquida la zona catastrófica habrá reposado lo bastante como para no tener que temer por su funcionamiento en el futuro. Ahora démonos prisa, esos pobrecillos llevan horas ahí dentro encerrados...
Mientras caminan en dirección al área de suministros donde se localizan los montacargas, breves escenas acuden a su mente como imágenes de un sueño, y en una de ellas aparece el capitán Canelo diciendo con voz grave: "la doctora Jujú podría ser ya una de esas criaturas"...al llegar frente al elevador en cuestión, Deveraux da un paso atrás porque parece que lo que hay ahí dentro atrapado no son seres humanos sino un par de animales de gran tamaño y muy mal genio.
- ¡Coño, Doctora!...¿está segura que lo que hay ahí dentro son personas?...suena como...
- Estoy TOTALMENTE segura, oficial...
Algo en el tono de voz de Jujú le hace darse la vuelta...a duras penas logra retener un gritito muy femenino al observar que los adorables ojos de la doctora han cambiado, mostrando ahora unas pupilas de un amarillo salvaje.
-...si no de demora demasiado quizás pueda convencer a mis compañeros para que no le hagan picadillo aquí mismo, Deveraux, pero su actitud debe ser totalmente colaboradora...y resignada.
El hombre no puede articular palabra cuando la doctora le eleva unos centímetros del suelo agarrándole por la garganta con una garra peluda. Por ello tampoco puede mostrar agradecimiento cuando la propietaria de una voz que conoce muy bien coloca la boca enorme de un arma contra la cabeza de Jujú y dice:
- Vale hijadeputa, ya le estás dejando poquito a poco en el suelo y sin movimientos bruscos, porque estoy muy nerviosa y si aprieto el gatillo sin querer vas a rociar con tus sesos toda la pared de ahí enfrente...¿me pillas, doctora?...

Camarote del Capitán Canelo.


Eric se levanta de la cama, aprieta el botón del reproductor de audio y a continuación regresa al lecho con dos copas de vino blanco en las manos.
El capitán le observa ir y venir con los ojos llenos de amor y cuando por fin vuelve a su lado murmura:
- Eric, ¿crees que estamos haciendo lo correcto? ¿No deberíamos estar ahí fuera tratando de gestionar esta crisis?
Eric se sienta junto a él, radiante en su perfecta desnudez, y con una leve sonrisa responde:
- ¿Quién más queda ahí fuera que merezca la pena salvar? Su lugarteniente se ha transformado en una psicópata peligrosa, la doctora es una licántropa que nos arrancará la cabeza a la primera oportunidad que tenga, y en cuanto a Deveraux y la enfermera humanoide, es probable que ya hayan sido pasto de los lobos...-se inclina a besar suavemente en los labios al capitán y luego le tiende la copa de vino-...solo estamos tu y yo...
El capitán abandona la copa sobre la mesilla de noche y besa larga y húmedamente a su ayuda de cámara antes de responder:
-...si estoy contigo no me importa nada, eres todo lo que quiero. Lo demás, los cerdos, los lobos y los humanoides, puede irse todo al carajo. Teniéndote a ti no necesito más...
Eric bebe un pequeño sorbo de su copa y luego sonriendo de nuevo acaricia la mejilla del capitán.
- Entonces debemos pensar en la forma de escapar...tu y yo, juntos...
El capitán se abisma unos interminables instantes en la contemplación de los gélidos pero hermosos ojos de su ayudante, casi incapaz de respirar de tanto amor, y por fin logra ceder un mínimo espacio a la realidad para responder con voz vacilante:
- Pero la cápsula de supervivencia apenas nos garantizará unas horas de autonomía si la ocupamos los dos...
- Bastarán -susurra Eric con los ojos brillantes-...he consultado las cartas de navegación de Azofaifa, estamos a apenas un día de vuelo del planeta Piara. Si aguardamos veinticuatro horas más, la cápsula de salvamento nos dejará caer sobre Luna Porcina, sanos y salvos. Un lugar nuevo para un nuevo comienzo...
Eric vuelve a besar al capitán con más pasión y este le obliga a dejar caer su copa al abrazarla con ansia desmedida, jadeandole al oido:
-...entonces hagámoslo así...porque no puedo imaginar mejor destino que pasar el resto de mi existencia a tu lado, aunque sea sobre un planeta lleno de cerdos...
-...ni yo tampoco, mi capitán, mi amor, mi único amor...