lunes, mayo 15, 2006

EL DIARIO DE ENNIS DEL MAR (2ª PARTE)


“Ennis...”

Me he despertado de un salto, porque he oído su voz tan clara como si estuviese a mi lado, casi he sentido sus labios rozándome el cuello cuando ha susurrado mi nombre...
Pero no había nadie, solo la luz de un alba gris y mi pequeño universo de siempre; la cafetera abollada, un par de cacharros sucios sin fregar, la ropa de ayer hecha un ovillo en el suelo, y en medio de todo eso, junto a la ventana, la postal amarillenta de Brokeback clavada en la pared con una chincheta. Solo eso, Alma, solo eso dignifica mi vida, solo por lo que esa postal representa yo dejo de ser otro viejo vaquero demasiado aficionado a la cerveza y me convierto en alguien diferente, de pronto Ennis del Mar deja de ser un tipo de quien nadie se acuerda y pasa por encima de todo eso, lo que ese amor ha hecho en mi...

...contemplando la postal desde la cama la he visto vibrar suavemente y mecerse bajo los efectos de una brisa invisible. Por eso creo que hoy es el día, Alma, creo que hoy definitivamente voy a acompañar a la Muerte, porque siento cosas, todo es lo mismo pero a la vez todo es diferente, y creo que sin hacer mucho esfuerzo podría ver a jack Twist en aquel rincón igual que a los 19 años, las manos en los bolsillos de su chaqueta y la mirada baja, con una media sonrisa como si supiese un secreto que no quisiese contar. Mi madre me dijo una vez que los que van a morir pronto son quienes más fácilmente se comunican con el Otro lado, por eso creo que me está pasando lo que me está pasando...

...sabes, Alma, hace solo un instante estaba con Jack, los dos desnudos sobre una roca caliente por el sol de verano, en sus ojos bailaba la risa cuando me ha gritado:
“¡Salta, Ennis!”
Se ha tirado al agua. Yo he estirado los músculos ( unos músculos que no recordaba, largos y flexibles como los de un gato ) y me he lanzado tras él.
Te juro que era todo tan real, tengo presente la sensación de mi piel caldeada por el sol y el súbito impacto del agua helada, el golpe en el corazón, y un mínimo instante de pánico en la penumbra fría y azul hasta sentir una mano, la he agarrado y ha tirado de mi hacia arriba.
“Joder, está helada”, me ha dado tiempo a decir al sacar la cabeza, después Jack me ha abrazado, su cuerpo estaba frío y resbaladizo pero a la vez era acogedor, me he fundido contra él buscando eliminar cualquier resquicio, intentando llegar al calor que sabía guardaba en su interior, y así entrelazados nos hemos hundido otra vez... él ha perseguido mis labios con los suyos y su lengua en mi boca se ha mezclado con el sabor verde del río.
Entonces ahí abajo he pensado: “Dios mátame ahora y ahórrame todo el resto. Déjame morir aquí y prolongar este instante para siempre, Jack y yo, nada más, y el tacto de su boca contra la mía...”
Quizás ese instante fue real, quizás intuí por un segundo mi futuro y de verdad deseé morir en algún momento de aquel verano que marcó principio y final de nuestras vidas...
He visto a Jack sonreírme bajo el agua, su rostro más hermoso que nunca en medio de un torbellino de burbujas , he leído su nombre en mis labios (“ Ennis” ) y aunque no debiera haberle podido escuchar su voz ha sonado tan clara y alta que me ha traído al presente...

...estoy temblando, en la confusión del despertar creía que era efecto del frío del agua, luego he caido a la realidad como quien cae a un pozo repleto de cristales, me repongo del dolor y me dispongo a terminar el diario más breve jamás escrito, el diario de Ennis del Mar. Porque lo empecé la pasada noche y hoy cuando se ponga el sol pienso estar esperando a la Dama Negra sentado en esa silla, con mi viejo sombrero, las únicas botas buenas que aún me quedan y dos camisas, la mía y debajo la de Jack Twist, porque quiero darle a la Muerte alguna pista de donde quiero llegar... no sé, Alma, yo sigo llevándome su camisa a la cara y percibo su aroma, cierro los ojos y me parece sentir el olor genuino de Jack Twist, pero ya no sé si es que yo lo guardo con tanta claridad en mi recuerdo que... que es solo otro sueño...
...Alma, ¿reconocerá aún la Muerte la pista de Jack? ¿podrá leer su nombre en esta vieja camisa?Porque sabes, hace tantos años,está tan vieja y apolillada, y yo...no tengo más, Alma, no me queda nada más...
...

Dios mío, ¿va a ser así de difícil hasta el final?...