viernes, abril 03, 2020

RECUERDOS DE MI INFyM: hoy, MOMENTOS TURBADORES EN EL SERVICIO DE CABALLEROS


Esta edificante experiencia se desarrolla en una etapa vital que ya no era infancia pero en la que continuaba haciendo gala de la inmadurez física y mental que da nombre a la sección, por lo cual me parece muy oportuno incluirla aquí. Además, sucede que con motivo del encierro domiciliario al que nos vemos sometidos, estoy haciendo limpieza en este espacio virtual y en el cajón de "borradores" estaba este curioso recuerdo que me viene al pelo para actualizar el asunto y sacudirme de paso el sentimiento de culpa...que también a causa del confinamiento, todo el mundo parece encontrar tiempo para escribir más en sus blogs ¡y yo sigo igual que cuando podía entrar y salir libremente de la jaula!, es decir, que no tengo excusa para aparecer tan poco por aquí.
Pero vamos al lío.
Los momentos a los que se hace referencia en el titulo sucedieron en una disco-extra-modern-burgalesa en cuyo interior tuve no sé si la suerte o la desgracia de poner solamente una vez el pie durante su periodo de funcionamiento. Mi pequeño rebañito de amigos pijos estaban entre horrorizados y excitados porque habían oido que, además de ser un lugar en el que era muy habitual el tráfico y consumo de cocaína ( supongo que a sus mentes en desarrollo embrionario eso les hacía pensar que en la visita vivirían un emocionante episodio de "Corrupción en Miami" ), circulaba la leyenda urbana de que por la pista pululaban unas lagartas de alto voltaje con una mezcla de exotismo y exuberancia muy superiores a la media femenina burgalesa. La leyenda decía que tales lagartas bailaban entre los pardillos locales enfundadas en vestidos de lentejuelas pasándoles de vez en cuando el trasero por la cebolleta y, en un momento dado y si les caías en gracia, te hacían una mamada en los servicios...

Cuánto daño hizo Sharon Stone
en el imaginario colectivo del pueblo llano-muy-llano...

"Pero eso será pagando" objeté yo mientras Mejor-Amigo me contaba todo esto lleno de emoción.
"Que no tío, que con el rollo de la coca y tal desfasan que te pasas y se vuelven super-locas."
"Tu si que desfasas que te pasas" pensé pero en lugar de decirlo en voz alta y por no quitarle la ilusión pues acordamos el plan de ir al garito super-fashion-nocturno y comprobarlo por nosotros mismos. Hacer acopio de valor nos acarrearía -¡claro!- estar enjarrillándonos hasta las cuatro de la mañana, pero como Mejor-Amigo me explicó "eso no es por coger fuerzas, sino porque allí el tema no se anima hasta muy tarde".
Vale, aceptaré "gallina" como experimento biológico.
Hemos de tener en cuenta que los inviernos en la heladora y árida meseta norte son comparables a los de la inhóspita estepa siberiana, en la que durante esas largas y gélidas noches los hombres barbudos solo encuentran diversión en compartir una botella de vodka peleón y contar chistes guarros frente a la hoguera. De ahí que el plan del saturday-night empezaba casi siempre con algo parecido a "¿y si nos cogemos un cebollón?"y...y total, que hay que entendernos, ¿no?

Mensaje poco edificante pero bastante verdadero

Para completar la noche de contrastes, en esa atrevida salida nocturna nos acompañaba J., un tio muy largo y muy flaco con un careto similar al de las hormigas esas del programa "El hormiguero"...

Las hormigas mentadas para los no iniciados

...y a quien Mejor-Amigo decía haber rescatado de una perniciosa relación con una asociación-secta del Opus para reintegrarle en el mundo real. Como todos los que han sufrido largas experiencias de ayuno o cautiverio, J. acostumbraba -también- a desfasar mogollón y, por resumirlo rápido, a beberse hasta el agua de los floreros.
"No te hagas ilusiones, lo de las mamadas gratis seguramente es falso" le aconsejé en voz baja en algún momento previo de la noche.
"¡Que va, tio, que va tio, que es verdad!¡Yo ya me estoy poniendo todo burro!¡Que estoy todo loco!"...
...y total, con esos peligrosos preliminares nos metimos en el antro.
Hay que decir que pudimos entrar gracias a que la hermana de Mejor-Amigo tenía una amiga a su vez llamada MariTere que trabajaba poniendo copas los fines de semana en aquel sitio. La estrategia fue que Mejor-Amigo compuso al robusto portero su cara de cachorro abandonado bajo la tormenta diciendo "voy a darle un recado urgente a mi hermana MariTere" y la cuestión es que coló. Más sorprendente todavía fue que cuando J. y yo fuimos a pasar tras él y el de la puerta nos preguntó si también eramos familia directa de MariTere, Mejor-Amigo soltó un "que son colegas también, salimos enseguida", ¡aquello también coló! y en virtud de los vínculos familiares pasamos todos dentro. Eso sí, la cara del gorila de la puerta nos hizo a todos pensar en la fugacidad del momento porque consiguió transmitirnos la sensacion de estar viviendo desde aquel instante un escaso tiempo de descuento.
Y bueno, aquello salvo por tener un jardín nocturno ( inoperativo en aquella época del año ) no se diferenciaba mucho de cualquier otro tugurio a los que estábamos acostumbrados, descartando las prometidas chicas de vestido de lentejuelas, una rubia y una morenita, que se mostraban exageradamente sexys y se magreaban la una a la otra quizás por no encontrar nada estimulante entre la concurrencia.

"Iuuujuuuh, paletilloooos, aquí estamos",
parecían susurrar las golfillas

"A ver, quien es el primer valiente que entra a matar" dije en tono de chufla intentando hacer reaccionar a los dos catetos babeantes en que se habían transformado mis hasta hacía un instante dinámicos y aventureros compañeros.
"¡Yo voy a echar un meo" apuntó con sinceridad J. y como yo andaba apurado me apunté también a la excursión, no sin antes hacerle prometer a Mejor-Amigo que no aceptaría felaciones gratuitas si no era en nuestra presencia, sobre todo porque después no íbamos a creerle. Mejor Amigo compuso esa postura suya de seductor irredento que le hacía parecer un pollo asado con el espetón metido en el trasero, cacareó "no puedo prometer nada, así que daros prisa no vayais a perderos el espectáculo" para sostener su reputación de macho-alfa del equipo y nosotros correteamos rumbo a los lavabos tal cual si nos lo creyésemos de verdad. Todo un reflejo de como funcionaban nuestras dinámicas de grupo en aquellos tiempos de feliz ignorancia adolescente...
Ya en nuestro destino, apenas estuvimos cada uno de cara a la pared en nuestro respectivo urinario, J. continuó con su ejercicio de sinceridad susurrando
"Oye, si escuchas que me tiro un pedo pues no te asustes, ya sabes que esas cosas nos pasan a los tíos cuando resolvemos estos trámites, ¿no?"
¡Ahhh, estos chicos del Opus!....
Yo tenía escasa experiencia en compartir hombro con hombro los WC publicos, siempre preferí y de hecho prefiero escaparme al retrete-con-puerta ( esto tiene un nombre: "sìndrome de la vejiga tímida". No, no es coña. )...

Distancia mínima de seguridad que debería ser recomendada
no solo para casos de contagio vírico

...y esto iba a apuntarle a mi sincero colega cuando a mi izquierda se colocó un garrulazo moreno con una gorra negra de visera y un chaleco dorado de purpurinas como una única prenda sobre la parte superior de su anatomía. Sin duda era una especie de bailarín compañero de fatigas de la rubita y la negrita de la pista de baile pero tener aquello bajándose la bragueta a mi lado supuso toda una conmoción sexual para mi.
Como era de esperar, en esas circunstancias se me bloqueó el pis y tuve que lanzar un resoplido.
En cambio a mi derecha escuché una serie de pequeñas pedorretas y un suspiro de alivio lo cual me hizo saber que J. estaba quedándose a gusto.
"Que pasa, ya te avisé ¿no?" dijo indignado mientras sacudía su asunto como si le hubieran pedido explicaciones, sin duda confundido por mis resoplidos.
"Es que has superado mis expectativas nada más" dije en voz alta y procurando no mirar a mi izquierda el origen del chorro potente que resonaba contra la porcelana tal cual como si estuviese recibiendo un manguerazo del cuerpo de bomberos. "Ahora ya puedes ir a buscar a este, no sea que se esté celebrando la hora de la "Mamada-Feliz" y te lo estés perdiendo por quedarte aquí viendo a ver si meo."
Lo que en realidad intentaba era que me dejase solo para ver si la leyenda urbana de las mamadas era cierta y el caballero del chaleco de las purpurinas entraba en el lote, pero en lugar de eso J. puso cara de chucho abandonado y se apoyó en la pared al lado mío bloqueando aún más mi reflejo mingitorio.
"Tío, siento lo de los pedos, ya sabes que me estoy reinsertando en el mundo. Si no fuese por ti y por Mejor-Amigo, la verdad es que yo..."
De pronto J. se puso a lloriquear y sin reparar que yo tenía todavía mis pantalones desabrochados y la guindilla al aire me dio un largo abrazo que consiguió despertar resoplidos risueños en Chaleco-De-Purpurinas.
"Bueno hombre, yo también te quiero, pero cualquiera que nos vea aquí abrazados y yo con la "cosa" al aire  no sé lo que va a pensar, ya sabes, ¿no?"
"Yo no he pensado nada" aseguró muy serio Chaleco-Purpurina antes de apretar el botón  de descarga de agua, largándose a continuación dejándome con todo el marrón y como suele decirse, compuesto y sin novio.

Ejemplo de señor empotrador con efectos perniciosos
para mis reflejos mingitorios.

Aún tuve que aguantar unos degradantes e interminables segundos hasta que J. se recompuso, me soltó y se secó la lagrimilla.
"Vale, ahora ya te puedes largar no sea que Mejor-Amigo esté haciendo locuras y tengamos que quitarle a dos fulanas de la entrepierna, ya sabes como es, je-je. Vete y así me dejas mear un poco a gusto, anda tonto."
Este espacio para mi relajación urinaria me ahorró el ver que el gorila de la puerta había entrado al local a preguntar a la famosa MariTere si había visto a su hermano con el recado importante que darle, y cuando la susodicha respondió que ella no tenía hermanos le faltó tiempo para pescar a Mejor-Amigo y sacarle a la calle de una patada en el trasero, seguido por J. que supongo iría detrás lloriqueando "no nos pegue, somos gente católica y honrada"
Esa parte me la perdí, sin embargo pude salir a la pista, avistar a Chaleco-de-Purpurinas acodado en la barra y trotar hasta allí con gesto distraido aunque no fuese más que para olisquear ese aroma suyo mezcla sudor de macho-man con uno de esos perfumes caros que por entonces yo no conocía. Cuando llegué a su lado y pedí una cerveza con aire de hombre de mundo ( luego di gracias al cielo por no haber pedido un cubata porque el precio de aquel botellín me había dejado sin blanca ), me miró con aire guasón y preguntó:
"¿Donde has dejado a tu novio?"
"No es mi novio" respondí muy rápido "Es un amigo, acaba de salir del Opus y el pobre esta´muy mal"
"Vaya, ya veo" dijo en tono de chufla sin apartar la mirada de la pista de baile y saludando esporádicamente a unos y a otros. "Entonces te han dejado solito."
"Si" pié como un pollo afónico sin saber a qué nos podía conducir eso..
Continuó un rato inspeccionando visualmente la pista de baile siguiendo con la cabeza el ritmo de la música, luego se volvió hacia mi con el gesto como de haber encontrado una cucaracha en el mostrador y soltó:
"Vale. ¿Me invitas a algo?"
Recordé mi cartera vacía al pagar la cerveza que tenía en la mano y contuve un resoplido de frustración.
"Uff, ya lo siento, pero no me queda un duro" murmuré para añadir luego esperanzado tendiéndole mi cerveza "Bueno, si quieres un trago..."
"Jo tío, que cutre" dijo meneando la cabeza como dándome con perdido. De pronto irguió los hombros y me soltó "Perdona que he visto a una amiga ahí. Hasta luego."
Le vi acercarse meneando la pelvis hasta una rubia madurita que se mondaba de la risa al ver sus evoluciones y comprendí que allí tenía todo el pescado vendido...
Lo único que pude sacar en limpio de esta experiencia aleccionadora pero para nada transmisora de felicidad es el haber recibido en unos escasos minutos una dura lección-express sobre lo despiadado del mundo, lo crudo del amor.....y lo caros que son los chaperos.
Además comencé a barajar para mi mismo un abanico más amplio de opciones sexuales -que todavía tardaría mucho tiempo en llevar a la práctica-, lo cual tampoco estuvo mal pensando en términos de autoconocimiento y evoluciòn personal...
Y para rematar, la moraleja del día: casi-casi siempre, el maromo màs guapo no resulta ser la mejor opción.
Como banda sonora os dejo una preciosa canción muy apropiada para estos tiempos de confinamiento global, porque de verdad son muy "hard for lovers", ¿no? ¿ o soy yo el único que lleva de abstinencia sexual desde hace tres semanas? Mi bisabuela la que se ponía el hábito de San Antonio por temporadas para agradecer favores recibidos, estaría orgullosa de lo castamente que estoy llevando esta Cuaresma, ¡fuck!



...¿y conté que llevo de vacaciones desde el día 1 de Abril?..¿no?...pues esa desgracia ya la dejo para otro momento.
¡Feliz reclusión domiciliaria, Mundo"