lunes, noviembre 03, 2008

TORCHWOOD: un western futurista y crepuscular ( 2 )


 CUCU Y FUFU

Breve sinopsis: Como sin duda la legión de lectores recordará, el protagonista y su nuevo amigo, el hermoso, bello, sensual, encantador y bien formado Jack Harkness, se han cargado la mitad de un pueblucho de mala muerte y gracias a ello han sido encerrados "en el trullo", que se suele decir...

Nuestra celda era tan diminuta y miserable como el resto del poblado, con el agravante adicional de tener que compartirla con el único putón verbenero del pueblo, una rubia de al menos 1’90 de altura, vestida con un traje de india arapahoe bastante avaro en tela, y un gato flaco, negro y malhumorado en brazos.

-          - Encantada, yo soy Cucú y este es Fufú, mi animal doméstico. ¿qué les ha traído a este pueblucho de mierda?

Cucú poseía una voz de barítono que hizo temblar y recular hasta la pared con una sonrisa nerviosa al mismo Jack. Yo forcé un gesto amigable y expliqué:

-          - Aquí este señor, al que conozco hace menos de una hora, ha transformado mi camioneta en una puta bomba H y ha volado medio pueblo…-luego intentando ser amable añadí- ¡coño, un gato! Pensé que se los habían comido todos durante la Gran Depresión…

Fufú demostró una perfecta comprensión del idioma humano encorvando su lomo y enseñando una dentadura bastante deplorable.

-          - Ah, mi Fufú es una reliquia –explicó su ama orgullosa- Somos uña y carne, nunca nos separamos, ¿verdad mimosin?

A juzgar por la respuesta fiera de Fufú entendí que su relación con Cucú respondía a su pura conveniencia para evitar entrar a formar parte del arroz de cualquier lugareño, pero que los vínculos afectivos eran mínimos.

-          - ¿Sabe, señora…-dijo Jack temeroso desde su rincón-…

-          - …señorita, ojitos azules –aclaró Cucú acomodándose los pechos dentro de su minúsculo disfraz de Pocahontas y haciendo a la vez un movimiento extraño con su entrepierna- Habla por esa boca, bombón.

-          -  …sabe usted, señorita Cucú, que después del siglo XLVIII se multiplicaron las posesiones alienígenas de felinos, pues intentaban emplearlos como punta de lanza para la Invasión?

Fufú se subió al ventanuco de la celda y empezó a acicalarse con la cara del que está oyendo muchas tonterías. Cucú  sacó una polvera del canalillo de sus senos e hizo lo propio, mascullando:

-          - Si, si, alienígenas, las plagas de Dios, el Juicio Final…el puto sol lleva tres siglos alejándose de nuestra órbita y antes de morir congelados en la oscuridad todo el mundo creía que los jodidos ángeles iban a venir a rescatarnos, y que era mejor ser buenos para que no nos dejasen en tierra. Jack bonito, ¿aún crees que algún tio con alitas y ropa interior blanca va a venir a sacarte de aquí a ti o a tus hijos cuando la cosa se ponga fea?

Jack movió las cejas  como el que sabe algo pero no lo quiere decir, así que Cucú volvió la mirada al espejo de su polvera y continuó su retoque.

-         -  …hubo un tiempo en que me forraba como receptora de los pecados de la Humanidad, pero ahora los cabrones no quieren ni pecar, y mi Fufú está muerto de hambre. Yo aguanto con nada, pero Fufú necesita mucha proteína, ¿sabes?

Tras el pequeño y contundente repaso a la historia reciente del planeta, Cucú se sentó, yo también, y los tres permanecimos un rato sentados en el diminuto camastro hombro con hombro, supongo que valorando nuestras posibilidades y expectativas de futuro. Las mías, ninguna, porque había olvidado de donde venía y tampoco sabía a donde iba. Jack, con sus ojos demasiado azules y su cara de “sé-algo-que-tu-no-sabes”, resultaba, para no variar, inescrutable… Y Cucú, pues Cucú en un momento dado sacó de uno de los recovecos de ese minitraje que contenía a duras penas sus formas una mini radio ( “batería atómica”, anunció satisfecha “doscientos años de duración” ), y empezó a bailar al ritmo de una canción que para no variar, debía tener al menos treinta siglos de antigüedad. Algo que se había puesto de moda en aquellos últimos tiempos, como tantas otras cosas que la memoria había sepultado y de pronto los hombres se empeñaban en recuperar en los últimos momentos de la Tierra, ahora que se encaminaba a convertirse en un guijarro negro y frío lleno que se perdería lleno de soledad en el Universo infinito. Eso, claro, a no ser que el gran Jack tuviese otra idea, porque sino, ¿a qué se debía esa jodida cara de satisfacción?...

…Cucú también apreció el gesto porque interrumpió su coreografía lasciva de “Surfin U.S.A.” de los Beah Boys para espetar con dureza:

-         -  Que pasa, ¿te estas empalmando viéndome mover el culo? Porque sino, que me explique alguien a qué cojones viene esa sonrisilla…

-          - Amigos míos –dijo por fin Jack con la susodicha sonrisa tan amplia que hizo maullar lastimero a Fufú, quizás pensando que iba a recibir un mordisco- Tengo un as en la manga, un “petit truc” que puede ayudarnos a salir de aquí antes de que los lugareños decidan colgarnos e incorporarnos luego a su menú.

-          - ¿Pueden hacer eso? –susurré espantado a Cucú y su asentimiento sombrío me hizo sudar de pavor- ...entonces Jack, qué truco es ese… a que estamos esperando…

-          - Pues yo te lo puedo decir, amigo mio, lo que Jack espera es un “quid pro quo”, es decir, “tu me das algo y yo te doy algo” ¿ o me equivoco? –bufó Cucú con mal gesto y una intuición de la que yo carecía-…eso sí, cualquier negociación que tenga que ver con la integridad física de Fufú, queda descartada, ¿queda claro?

Me volví a Jack interrogante:

-         - ¿Es así, Jack? ¿se trata de una negociación?

-        -   Ha-ha-ha –rió Jack de ese modo que resultaba admirable teniendo en cuenta nuestra lamentable situación- Si todo va como tengo calculado, es posible que todos, incluido Fufú, salgamos bien de este aprieto…

-          - …pero…-siguió Cucú con los brazos cruzados y expresión dura-….

-         -  …necesito que  hagáis algo por mi…vuestra ayuda, en una palabra –su mirada se pintó de un tono profundo que nos hizo suspirar a Cucú y a mi antes de continuar, en tono más severo- …necesito llegar a Cardiff, una ciudad del antiguo reino de Inglaterra, a la primera fisura espacio-temporal. Allí empezó todo y es allí donde debo terminarlo…pero sé que no puedo hacerlo solo, debo reclutar un equipo con el que llegar allí y enderezar el destino de la Tierra.

Yo quedé impresionado pero Cucú a duras penas contuvo una carcajada.

-         -  ¡El destino de la Tierra!...No me jodas, señor Jack. Y suponiendo que aceptásemos el trato, que desde luego espero no comprometa para nada la salud de Fufú, ¿qué nos obligaría a cumplir lo prometido una vez fuera de este lío?

En las afueras del calabozo se había congregado ya una alarmantemente numerosa multitud gritando “ quereeemos-carne-quereeeemos-carne”, para demostrar que la situación se estaba volviendo comprometida. Una piedra golpeó los barrotes del ventanuco y Fufú saltó a mis rodillas con ojos furiosos y cara de “ni me mires ni me toques”. Entretanto Jack sacó un par de pulseritas de su gabán y sonrió.

-          - Solo esto. Hasta llegar a Cardiff.

-          - ¿Una pulserita? –reí- ¿y qué con eso?

-          - Tonto del culo – me aclaró poco amablemente Cucú- ¿no has visto películas de ciencia-ficción? Son sensores de proximidad, quiere decir que desde el momento en que tu te lo pongas hasta que Jack te lo quite, si nos apartamos más de cien…

-          - …cincuenta –corrigió Jack sonriente-.

-          - …si nos apartamos más de cincuenta metros de “tu Jack”, volaremos convertidos en trocitos de carne picada, ¿no es así?

Jack me contempló con una seriedad que removió algo en mi interior y me dijo:

-          - Tu tienes algo que recordar, y yo voy a ayudarte. Pero no te preocupes porque –y en ese momento cogió mi mano entre las suyas, suaves y cálidas- …no permitiré que nada te lleve lejos de mi en ningún momento.

Cucú pegó una patada a uno de los camastros haciéndolo saltar por los aires.

-         -  ¡ Genial! ¡Son mariquitas! Estamos jodidos, Fufú –y Fufú maulló de nuevo lastimero al escuchar el brevísimo análisis de la situación que había hecho su mamá- Y si tenéis tan buen rollo, ¿para qué le pones pulserita al panoli? ¿crees que a pesar de tus bonitas palabras va a salir corriendo?

La multitud afuera empezó a gritar “pro-te-ina - pro-te-ina” y por primera vez Jack pareció ponerse nervioso, se puso en pie y dijo en tono frío:

-          - Esas son mis reglas, si os parece bien, estupendo y si no podeis quedaros aquí y que los de ahí fuera os conviertan en comida para perros.

Los cuatro, ( Fufú incluido ) nos miramos largo rato con cara sombría hasta que Cucú susurró:

-          - Es una pregunta retórica. No tenemos mucha opción, ojos azules.

-          - Eso creo yo, querida. ¿Entonces…?

Como un solo hombre Cucú y yo tendimos las muñecas para dejar que Jack nos enlazara para siempre con su vida.

-          - Creedme –dijo en tono más amable- En este momento es la mejor elección.

En el momento en que la pulserita se cerró en torno a nuestra muñeca, empezó a palpitar con una tenue luz azul. Miré a Jack asustado, y él me sonrió como siempre, como si no pasase nada ahí fuera… tuve, una vez más, que creer en aquella sonrisa…

( Continuará )

Una vez más, recordar que sin duda Torchwood y el capitán Harkness son productos registrados, pero amo a Jack y pienso terminar cepillándomelo aunque sea por esta via virtual, para lo cual necesito usurpar sus derechos de imagen, lo siento bollazo.

De nuevo, agradecer a Rosa de Fuego su impulso espiritual para seguir escribiendo esta montaña de despropósitos y recomendar una visita a su blog donde ella está dando una pequeña lección de como debe ser una historia por entregas bien escrita y elaborada ( yo me estoy dedicando justo a lo contrario, ha-ha-ha ).

Y de nuevo, feliz lunes, feliz semana...