miércoles, marzo 31, 2021

MI MOMENTO ZEN


Ya comenté en su momento que como tantos y tantos otros humanos, una vez se activó el "Pandemia-Mode" encontré una forma de ocupar el exceso de tiempo - y aliviar las ansias de movimiento- en el yoga. Ya ves, toda la vida quejándonos de que no tenemos tiempo para esto y para lo otro y cuando las circunstancias nos ponen en situación de tener muchas horas disponibles, las hemos matado viendo series televisivas o haciendo cosas que de ser las cosas normales no hubiéramos hecho ni borrachos....¿Como.no me daría por la danza clásica o el tiro con arco?... 

Rogelio sonríe como si eso fuese sencillo,
pero si lo intentas no lo es...

Fuera como fuese, la cosa es que cuando las cosas volvieron a una relativa normalidad y pude volver a distribuir mi tiempo como antaño, continué dale que te pego con el yoga. ¿Porqué? Pues te voy a responder con todos los tópicos que se suelen utilizar como contestación a la pregunta: porque me hace sentir bien, me relaja, consigue que me "centre" un poco cuando tengo por delante o a la espalda un día demasiado alborotado o confuso, y sobre todo me hace tomar más conciencia del propio cuerpo. 
Que más alla de peinarse el flequillo, afeitarse y ponerse ropa glamourosa encima para seducir chulazos ofrecer una buena cara al mundo, sucede -o me sucede a mi- que no prestamos atención a todo lo que va incorporado en nuestro cuerpo además de la cara y la entrepierna la cabellera: para empezar, a toda esa cantidad de huesos, piel y músculos que nos permiten funcionar como funcionamos. Gracias al yoga he cobrado conciencia de ellos, ( a menudo dolorosamente porque por mucho que se empeñen hay partes de mi orgnanismo que no siento hayna nacido para ser estiradas y sin embargo insisten con ello ), ¡también de mi postura corporal! -que tiende a ser la de un perráncano ( =chucho pulgoso) desgalichado que solo parece pensar en buscar un sitio soleado donde tirarse a sestear un rato- y en conclusión me siento de alguna extraña manera más a gusto dentro de mí mismo.

Mi postura de yoga favorita.

Al parecer el siguiente paso era inevitable porque va muy intrínsecamente unido al yoga, y era interesarme por ¡la meditación!. Fïjate, yo que normalmente cuando me sentaba en un sitio sin hacer nada y cerraba los ojos, lo que hacía era quedarme dormido, y ahora de pronto...¡que historia!, ahí me tienes tratando de prestar atención a como respiro, como siento el dedo gordo del pie izquierdo y en general concentrándome en "vivir el instante presente".
Y ahí he estado yo recurriendo al gran guru de la sociedad moderna - es decir, mi teléfono móvil- para que a través de una app se me enseñasen los misterios insondables de este asunto milenario un poco impenetrable para mi gusto...y ahí también me vi pagando -poco pero pagando- por una aplicación en la que aparte de un gong al principio y otro al final, me tiraba 20 minutos sin ver nada ni oir más que silencio y el barullo de mis propios pensamientos...¡estaba pagando por tener lo mismo que si dejo el móvil apagado!

Aunque el pie de foto dice "practicando yoga por primera vez",
algo me dice que...hummmm, no sé, no sé...

...no se,tras un tiempo he llegado a encontrarme un poco ridículo y pensar si no será esto otro caso más - como decía Sinead O Connor- de síndrome de "el traje nuevo del emperador". Que me sentí como si hubiese recorrido el mismo camino en dos sentidos volviendo al principio. Esto me parecía (y a ratos me sigue pareciendo) una milonga que se han inventado para sacar pasta y de la que nadie se atreve a decir eso, que es una milonga, porque meditar es "super-cool" y "mega-fashion" y si dices lo que estás pensando lo más que ocurre es que te van llamar es paleto y ceporro. Que ojo, haber algo bueno ahí es cierto que lo hay, pero por la propia naturaleza del asunto y su extrema sencillez, lo percibo incompatible con apps telefónicas, tarifas mensuales y cursos pagados de adoctrinamiento. 
¿Quiere decir esto que voy a dejar de pagar mi app para el medita je? Pues no, porque gracias a ella son 20 minutos en los que el cacharro este que tanto vampiriza nuestras vidas está quieto y mudo, y ese silencio creo que de alguna manera hay que pagarlo, jeje. 
¿Será esta conclusión resultado de haber alcanzado de verdad y de una vez por todas mi auténtico MOMENTO ZEN?

¿Estaré yo igual de mono cuando me pongo super zen?

Ya que la mencioné era imprescindible poner ( e imprescindible si me lo permites que escuches ) esta enoooorrrrrme canción de Sinèad...


Feliz fin de Marzo.
Felices vacaciones pascuales.
Y como dice Sinèad:
"Live by your own policies. Sleep with a clear conscience. Live in peace."