Pues esta puerta tan grandilocuente es la que tengo que atravesar para coger el tren y volver a aterrizar en mi vida cotidiana, ¡que no en mi vida laboral! porque aún me quedan cinco días de asueto, pero si de vuelta a instalarme en los lugares y las rutinas conocidos. Qué decir: que vuelvo descansado, relajado, satisfecho y agradecido por haber podido hacer un stop y marcharme al mar a respirar aires nuevos. Me faltó carne - masculina, no de vacuno- con la que engalanar estas anotaciones, y quizás un poco más de aventura loca ¡pero vale, ya está!, fue así y está bien que así haya sido.
Solo agradecer de corazón a todos los que con vuestros comentarios habéis compartido aquí conmigo el viaje, haciéndome sonreír e incluso reír con vuestras cosas, sois unos cieletes y os quiero un poco, que caray.
Y esto es todo.
Habrá más vacaciones y habrá más vida, seguro.
¡Y más maromos en tanga, espero!
Abrazo grande y a por el mes de Junio, amig@s.