sábado, marzo 25, 2006

LA MALDITA PRIMAVERA

...presa de una melancolía interminable que se me pega al alma como se pega el sudor a la piel los días calurosos y nublados, me enfrento a la vuelta al trabajo con una ...¿"desgana" podríamos decir, siendo muy generosos?...pues así, con una desgana que asusta, pensando en la repetición interminable de días que quedan por delante en esta vida mía en la que no parece ocurrir nada que me excite ni me conmueva. Trato de sonreír y ser amable con la gente que me rodea porque nadie tiene la culpa de mis insatisfacciones ni mis fracasos, y porque no deja de ser una frivolidad gigantesca el complacerme en este estado anímico con la cantidad de desgracias que ocurren en el mundo y toda la gente que tiene problemas "de verdad". ¿De qué te puedes quejar, si tienes salud, tienes un trabajo más o menos estable, una familia que te quiere, dos gatos que beben los mares por ti, una casita vieja pero confortable llena de las cosas que amas, si tienes tanto, de qué te puedes quejar? ¿Porqué la insatisfacción permanente es una característica del ser humano? En vez de dar las gracias por lo que disfrutamos siempre tenemos la vista puesta más allá, en la siguiente vuelta del camino, recorremos el interior de nuestro espíritu pasando de largo por todas las estancias llenas de bendiciones y fortuna hasta encontrar el cuarto más pequeño y oscuro, el que ha quedado vacío, y es allí donde nos sentamos a suspirar, a llorar, a echar en falta lo que debería estar y no está...
...yo ahora estoy en un diminuto cuarto blanco, de paredes desnudas y una estrecha ventana por la que se divisa un cielo azul helado. Siempre he pensado que no importaba que este cuarto estuviese vacío, que no necesitaba nada aquí dentro para que mi vida estuviese completa, y durante años he pasado por delante sin abrir la puerta, mirándolo de reojo pero convencido de que si continuaba ignorándolo acabaría por desaparecer. O por olvidarlo. Pero no ha sido así, y hoy estoy aquí sentado sin poder dar crédito a todo el tiempo pasado sin pensar en esa habitación. Desde dentro descubro que no es tan pequeña, que puede caber algo muy grande, y que si lo miro desde aquí la gran mansión de mi corazón está más desocupada de lo que yo creía....
...¿Y qué es lo que tendría que tener aquí?...
...¿Quizás un Jack Twist?...
...hora de volver a enfrentarse con la realidad. Hasta otro rato.