miércoles, octubre 17, 2007

SMS 2


Como necesito escribir una tanda de banalidades y además me viene al pelo, ahí va la segunda entrega de este apasionante folletín.
Sinopsis: Mon petit-choux no llama, ¿donde está mon petit-choux?
Camino del trabajo con una nubecilla negra en la cabeza y esquivando el tráfico inoportuno con mi bicicleta.
"Vale, me da igual. Seré adulto y me concentraré en mis obligaciones de hoy, vamos a ver, vamor a ver... oh, cielos, ¿eché de comer a los gatos?"
La respuesta es no. Aquellos ojos desesperados que me observaban justo antes de cerrar la puerta decían "se ha olvidado otra vez".
Mi curriculum es bastante nefasto ya, no deseo incluir el título de "maltratador de mascotas" entre mis méritos. Detengo la bici y saco el móvil para dejar un SMS a mi hermano, algo así como "pasa por casa y alimenta a los mininos, juro que es la última v..."
...¡maldición!
Una llamada perdida...¡y un mensaje de voz!...Oh, mi amor, llevaba el aparato en la mochila y no lo escuché, como puedo...
Contestador:
"¿Cariño?...¿Cariño?...Cariño soy mamá...verás, es a propósito de tu última colada de ropa interior, he visto unos calzoncillos que están en un estado de-plo-ra-ble y he pensado que..."
Escucho con un tic en el ojo izquierdo hasta que el piadoso pitido de "fin de mensaje" corta el monólogo a la mitad. Creo que si los mensajes de voz no tuviesen duración limitada, mi madre podría pasar una tarde divagando en voz alta con el aparato en la oreja sin percatarse del tiempo transcurrido. Horas de mensaje hablado, sin pausa. Aterrador.
Estoy desolado.
Ni rastro de petit-choux.
Finalizo el pedaleo hasta el curro en estado de crisis grave.
"Esto no se hace petit-choux"pienso mientras me echan en cara la tardanza. Por Dios, que creen, ¿que solo tengo en la cabeza el maldito trabajo?...¡tengo toda una vida sentimental que mantener!
Oh, una vida y unos gatos, recuerdo. Debo llamar a mi hermano antes de que se devoren el uno al otro... Apenas meto la mano en el bolsillo de la mochila, el aparato comienza a vibrar entre mis dedos.
"¡Coincidencias maravillosas del amor! ¡Petit-choux, te perdono!"
Miro la pantalla que parpadea con luz verde y leo el nombre.
"MI MAMI"
Oh, Dios...
Continuará