viernes, enero 27, 2006

GIBRAN KHALIL GIBRAN

Hoy he llevado al pequeño gato Mosquito a que le castren, para que su convivencia conmigo y con la gata Sombrita sea más sencilla... ¿será una metáfora de la vida, querrá ese monstruo que la gente llama "El Sistema" castrarnos de algún modo para que la coexistencia sea más pacífica, para que nos dejemos mangonear y conducir como los que dirigen el cotarro desean? En este caso debo asumir el papel de "El Sistema", y le he llevado allí, para evitar meadillas pestilentes por la casa (el asunto de marcar el territorio) y sobre todo para evitar orgías sexuales gatunas que me llenasen la casa de gatos pequeños cada cierto tiempo... los que dirigimos "El Sistema" siempre tenemos buenas razones para hacer lo que hacemos y autojustificarnos, jeje. Pero yo me pregunto: ¿quizás habría sido más feliz Mosquito viviendo en la calle, aunque su existencia hubiese sido más corta, luchando contra el ecosistema, buscándose el condumio, peleando con otros gatos, viviendo apasionados romances con mininas callejeras de dudosa reputación y respirando aires de libertad, como decía la canción? En otras palabras, ¿le he hecho una putada adoptándole? ¿Será feliz condenado a una existencia en una casa de 40 metros cuadrados, sin ver la calle más que por las ventanas, sin conocer el sexo ni la aventura, engordando poco a poco y pasando el día dormitando en los rincones?¿Tenemos derecho a adoptar gatos callejeros? ¿No habrá veces que sería mejor meternos nuestra compasión y nuestra sensibilidad donde nos cupiese(y no digo el sitio)?
...ya no tiene remedio, pero creo que en el fondo he cometido un error, y que tendría que haber dejado a Mosquito siendo libre, que continuase siendo anónimo, macho, pendenciero y corredor...
Estas meditaciones sobre la libertad sumadas a empezar el turno de noche hoy y la amenaza de nieve sobre la ciudad que nos complicará un poco más la vida, me han puesto algo melancólico. Por eso voy a concluir con unas líneas de un precioso libro que descubrí ayer pero que quizás todo el mundo conocía ya, y que una buena amiga de Valencia me envió sabiendo lo que me van estas cosas. El autor, Gibran Khalil Gibran, un escritor y pintor libanés que vivió entre finales del siglo XIX y principios del XX. El libro, "El Profeta", del cual extraigo estas preciosas líneas sobre el Amor:
"...así como el amor os corona, así os crucifica.
Así como os agranda, también os poda.
Así como sube hasta vuestras copas y acaricia vuestras más frágiles ramas que tiemblan al sol
tambíén penetrará hasta vuestras raíces y las sacudirá de su arraigo a la tierra.
Como gavillas de trigo, os aprieta contra su corazón.
Os apalea para desnudaros.
Os trilla para liberaros de vuestra paja.
Os muele hasta dejaros blancos.
Os amasa hasta dejaros livianos;
y luego, os mete en su fuego sagrado, y os transforma en pan místico para el banquete divino...
...pero si en vuestro temor sólo buscáis la paz del amor y el placer del amor,
entonces más vale que cubráis vuestra desnudez y salgáis de la era del amor,
para que entréis en el mundo carente de estaciones donde reiréis, pero no todas vuestras risas, y lloraréis, pero no todas vuestras lágrimas.
El amor sólo da de sí y nada recibe sino de sí mismo.
El amor no posee y no se deja poseer
porque el amor se basta a sí mismo."
Esto es una minúscula parte de lo mucho y bonito que se puede encontrar en sus páginas. Yo acabo de empezarlo y no puedo dejar de recomendarlo ya. Y sólo son 132 páginas, ánimo alérgicos a la lectura, aunque son para leer despacio y reposadamente, dejando que empapen poco a poco el alma...
...un día más, continuamos volando a ras de suelo...