martes, agosto 18, 2009

DE LA INEVITABILIDAD


Te puedes quejar. Es algo indiscutiblemente humano y además, si de pronto no estuviese permitido, creo que habría quien explotaría como un enorme fuego de artificio.
Te quejas.
Porque tu casa no es la que debe ser.
Porque tu trabajo no es el que habías soñado.
Porque no tienes trabajo.
Porque trabajas demasiado.
( y es que el trabajo a menudo ocupa el "hit-parade" de las lamentaciones )...
Te quejas porque no tienes amor.
Porque el amor que tienes no es el que esperabas.
Porque el amor casi siempre es algo demasiado grande para acomodarse al imparable devenir de la vida de las personas, y no puede ofrecernos soluciones perfectas porque ni tu ni yo somos perfectos.
Pero en definitiva, te puedes quejar porque las cosas no son lo que tenías pensado, porque nuestra existencia cotidiana nos aprieta demasiado aquí y nos roza allí como un mal zapato.
Sin pensar que es inevitable, que desde que nacemos modelamos nuestro lugar como lo hace el mar con las rocas de la costa, de un modo...imprevisible, porque quizás creiste que golpeando ahí de esa forma el resultado sería de una manera y resulta que no.
Y como el mar, después de tanto tiempo abrazado a la costa de tu vida, puedes limar contornos, aprender a aceptarte y a quererte, pero nunca empezar de nuevo. Porque una buena luna puede bajar la marea, pero ahí quedará la señal de todo lo amado, aprendido, odiado e incluso de lo olvidado.
Inevitable.
Quizás por eso no vuelvo la vista atrás y sí, como el mar, me estrello una y otra vez en la roca en que ha quedado hoy mi vida, abriendo grietas, arrancando pedazos, en busca de mi alma necesaria, esa en la que TU estás latiendo, a veces sueño lejano, a veces aroma cercano, a veces sólido y real y otras muchas veces, sólo aire.
Tu.
Inevitable.

5 comentarios:

  1. "A veces sueño lejano, a veces aroma cercano, a veces sólido y real y otras muchas veces, sólo aire"
    Que hermoso!!!!!

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  2. brokemac1:59 a. m.

    Inevitable como el sonido de ese mar, como los sentimientos cuando se desbordan...
    como la belleza de unas palabras que se guardan para no romper la armonía del silencio al mirar sus ojos.
    Inevitable como no dejar extinguirse los besos en la memoria.

    Te abrazo

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  3. Tan inevitable como la emoción que dejan tus palabras en mi corazón y tan inevitable como el bandazo real que producen los quejidos que por todo exclamamos a veces sin pensar...
    Besotes

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  4. La vida nos enseña que todo hay que modelarlo y amasarlo para que pueda ser lo mejor bienvenido posible, pero a veces cuando hemos aprendido esa lección ya es demasiado tarde porque aquello que creimos modelar bien no lo hicimos así y debería de haber sido de otra manera, y como bien dices no es posible empezar de nuevo, sino seguir con lo ya hecho, y a veces pesa mucho.
    Un abrazo.

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