sábado, julio 11, 2009

COMPLETE DESTRUCTION (microrelato en tres tiempos)


"Nunca"...
Nunca es algo tan serio...
"cuando dices nunca, de cuanto tiempo hablamos", recuerdo haberte dicho.
Y tu sonreiste pero no dijiste más.

(...)

El amor parecía la pieza que sujetaba el resto, y no me refiero a lo que había entre nosotros en particular, sostenía la vida en general.
"El equilibrio siempre fue precario", dirás tu, y es cierto, pero la verdad sigue siendo la misma. Al marcharte te llevaste aquella piedra angular que lo sujetaba todo y después, la construcción se vino abajo. Y como yo era parte integrante de aquel sistema, podríamos decir que me derrumbé con todo el resto.

(...)

"Venga", te imagino decir una vez más con una sonrisa, "tú nunca sostuviste nada demasiado alto durante demasiado tiempo."
Como si lo poco que logré poner en pie en mi vida no mereciera una oportunidad.
Pero tu me quisiste así, ¿recuerdas? Y revolvías mi cabello como se hace con los cachorros y te reías para luego mirarme dulce, muy dulce y susurrar "qué voy a hacer contigo...".
Me quisiste asi.
Con lo poco que guardaba entre mis manos.

(...)

...así que cuando estoy colgado, muy colgado, te me apareces.
Como los fantasmas, si. No es como cuando creo descubrirte en los ojos de otra gente o una persona me recuerda a ti. Te apareces tal cual eres, con tu belleza natural y esa expresión en la mirada de estar pensando "pero que jodido estás".
Y si me pongo a ladrar que todo es por tu culpa que es mejor estar así que pensar en nada porque si te pienso veo que no estás a mi lado y me entran ganas de morirme, entonces tu...
...tu no dices nada.
Solo me miras, mucho tiempo sin apartar los ojos, hasta que siento vergüenza de mi mismo y me entran ganas de llorar.

6 comentarios:

  1. brokemac12:05 p. m.

    ¡Qué cerquita me siento de ese sentir y cuánta belleza en tus palabras!
    Besos cálidos para el frío del alma.

    ResponderEliminar
  2. No podemos, no debemos derrumbarnos nunca!!!

    Aunque yo no sea la persona más adecuada para decirlo, claro...

    Una persona tan hermosa como tú, con este corazón que parece que te va a reventar el pecho, jamás debe de sentir vergüenza.

    Cuánto sentimiento en este microrelato, pero quiero una sonrisa bien grande ¿si?

    Desterremos de una puñetera vez lo que nos desgarra el alma...

    Te quiero

    ResponderEliminar
  3. Cómo duele ver que el ángel de la montaña sufre...
    Cómo duele, niño...
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Sí, como dice nuestra querida Mar, duele el verte sufrir. Sé que lo que te voy a decir debes haberlo oído hasta el cansancio... pero en todo aquello no positivo que nos ocurra, debemos tomar lo bueno y desechar lo malo. Te quedan sus miradas dulces, su revolverte el cabello, los buenos ratos vividos a plenitud, el resto... el resto solo debe servirte de lección, poque todo tiene su razón de ser y debemos aprender de ella.

    Hoy te acunaré en mis brazos y te cantaré dulcemente una canción:

    "Basta ya de angustias
    deja los problemas,
    olvida las penas.
    Yo sé que nada va pasar
    todo estará en paz.
    Duerme bien
    duerme bien
    con el sueño podrás olvidar"

    ResponderEliminar
  5. buena idea sacarlo afuera... hay que dejar salir el dolor a ver si en algun momento deja de doler o duele un poco menos.

    ResponderEliminar
  6. Como me gusta este post. Sobre todo la última parte que también me recuerda a mi. Que puñetero es el amor algunas veces! pero no sirve obligar a nadie a que nos ame, y tampoco podemos obligarnos a olvidarlo, porque si olvidamos perdemos lo que hemos tenido y eso no se debe hacer. Somos lo que hemos vivido. El amor nos hace grandes, pero hay veces que ser grandes nos cuesta muchos quebraderos de cabeza. Ójala lo seamos algún día.

    ResponderEliminar