jueves, octubre 06, 2011

NO TENGO GANAS DE NADA


Me viene el otoño otra vez y no tengo ganas de nada.

No tengo ganas de nada, no.

No tengo ganas de trabajar en esto que hago, algo con lo que  no me siento identificado, que satisface mis necesidades económicas pero siempre me hace pensar en lo que las cosas pudieron haber sido y ya a buen seguro no podrán ser. En estos tiempos que corren de crisis económica y dificultades en muchos órdenes de la vida, quejarse así solo puede ser señal de ingratitud y de valorar poco lo que se tiene, pero en este espacio en que no me ve nadie, me permito el lujo de estas indecencias.

No tengo ganas de vivir en esta ciudad de inviernos interminables y mentalidades y espíritus tan tiesos y fríos como la misma estación que les rodea durante tantos meses al año.

No tengo ganas de seguirme sintiendo así, caminando por esta vida que yo mismo me he diseñado pero que resulta como una casa demasiado pequeña en la que mis codos parecen tropezarse con todas las esquinas. Ni tengo ganas de seguir aguantándome las ganas de quejarme solamente porque cada cosa que tengo es algo que de una manera u otra yo he decidido que esté ahí.

No tengo ganas de seguir renunciando a reconocer que, en alguna cosa, puedo haberme equivocado.

Ni siquiera tengo ganas de blog. Porque hace tiempo que me parece que en vez de hacer y decir lo que me apetece, lo hago con vistas a un público invisible, buscando aceptación y luego sometiéndome a las reglas de ese "quid pro quo" que la historia bloguera conlleva. No tengo ganas, soy un antisocial y no deseo más que este rincón para decir lo que me sale del bolo sin contar con nada ni con nadie...a veces me preocupa pensar si una repentina catástrofe informática en los servidores de Blogger podría hacer desaparecer todo lo que he ido dejando por aquí de mi historia personal durante estos cinco o seis años atrás, porque es aterradora  la cantidad de recuerdos, de palabras y de imágenes de mi vida que dejo y sigo dejando así, "colgando" en ningún lugar y susceptibles de hacerse humo al menor capricho tecnológico...

...pero tampoco tengo ganas de preocuparme de eso, las palabras son solo palabras y a veces no está tan mal que se las lleve el viento...

A día de hoy, de lo único que sigo teniendo ganas, es de ti.

De ti, que con tu sonrisa y tu ternura...  ( siempre hablo de tu sonrisa, quizás por lo mucho que con ella me haces sonreir, y de tu ternura, por la forma irracional en que provoca que sienta deseos de abrazarte y quererte aún más si cabe, ¿como no me van a venir al pensamiento cada vez que te pienso?...)...tu justificas cada uno de mis amaneceres, incluso los más grises, y logras que de por bien cumplida la más triste de las jornadas si al final te he tenido un rato entre mis brazos.

Y consigues que, a pesar de las pocas ganas que tengo de otoño, sonría mirando la forma en que cambia el color de las hojas en las ramas.

4 comentarios:

  1. Raro es el que alcanza una cierta edad y se dice a si mismo que eso era lo que quería. Somos inconformistas por naturaleza y buscamos lo que carecemos. Pero también somos miedosos y nos contentamos con nuestros pequeños logros para no ponerlos en peligro.

    Pero a veces hay que recapitular y pensar si lo que uno ha logrado en realidad sí que merece la pena, porque casi siempre en nuestro afán de novedades no valoramos lo conseguido.

    Un beso (otoñal)

    ResponderEliminar
  2. Iba a soltarte la parrafá y me encuentro con el comentario de Parmenio. Estoy muy de acuerdo con él, sobre todo con lo del inconformismo por naturaleza.

    No renuncies al derecho de quejarte, siempre puede convertirse la angustia en un principio de algo (lo sé, sé que cuesta). Debemos escuchar más nuestros verdaderos deseos y tener valor, para del tirón o poquito a poco, mandarlo todo a la mierda.

    Un beso, si de algo sirve, también tienes mi comprensión y mi apoyo.

    Importante también lo que dices de escribir para un lector invisible, sabes que me gusta como escribes, sobre todo tus series alocadas, pero debes romper con esa complacencia (de nuevo lo digo así, como si sólo fuera chasquear los dedos).

    Otro beso tío.

    ResponderEliminar
  3. Conozco la desgana otoñal, es más se apodera tan profundamente de mi que parece que no hay vuelta a una preciosa primavera, que no habrá más sol, mas cielo azul... Este otoño del norte, menos duro que el tuyo pero igual en sensaciones, no nos va a poder, claro que no...
    Ah, y todo merece la pena, y aun más pasar por esta casa sabiendo que un dia u otro habrá regalo para disfrutar...
    Animo eh?.. Un beso

    ResponderEliminar
  4. Me quedé con lo peor: es verdad, soy inconformista, miedoso, quejica, un poco esclavo de buscar la complacencia ajena, desganao, jaja, pero cada una de vuestras perspectivas son útiles y necesarias...
    Por ello, un abrazo a todos..

    ResponderEliminar