Volando a ras de suelo

Nunca he sido usuario de las apps de ligoteo, y no por tener una opinión contraria formada al respecto. Hasta ahora seguía ese refrán de mi abuela de "casamiento y mortaja, del cielo bajan" referido a que ciertas cosas serán lo que tengan que ser y nosotros muy poco podemos hacer al respecto. Tampoco entraré en si esto me parece verdad o si realmente sí que hay algo que podamos hacer para dirigir los derroteros de nuestra existencia: simplemente me dejaba llevar por los vaivenes de la vida y las relaciones surgían de manera espontánea y casual. Y en fin, no es que mi periplo sentimental ni sexual sea envidiable (más bien todo lo contrario) pero estoy satisfecho con mi estado de cosas. ¿Porqué descargarme entonces el GRINDR en el teléfono?  Pues mi idea era un poco "malévola": pretendía ver si, gracias a una de las virtudes de la aplicación consistente en marcarte la distancia a la que se encuentra el gay más próximo, podía yo averiguar la orientación sexual de Mi Am...

Mis vacaciones acabaron sin nada muy reseñable salvo los ratos de sexo y gastronomía con Sex-Machine, la gran cantidad de kilómetros realizados en mis excursiones por los contornos ¡y lo poco que he estudiado! Con todo y con eso ha sido un grato estado de bienestar sin hacer absolutamente nada en el que podría haber seguido por tiempo indefinido (y lo digo sin exagerar). Y mientras en mi vida sucedía tan poco, en la de Taylor se amontonaban cosas emocionantes porque además del lanzamiento de su nuevo disco para octubre, ¡se ha hecho anuncio oficial de su boda!, un jugador de algún tipo de deporte americano al que sin ser exactamente guapo, reconozco un gran potencial como macho empotrador. A cuento de tanta buena nueva, sobre todo en lo que se refiere al disco, me ha parecido muy apropiado hacer la reflexión de: "¿como empezó todo?...si este es el último disco, ¿como fue el primero?" ... de ahí que en nuestro disco del mes hablemos de... TAYLOR SWIFT A...