QUISIERA VIVIR EN UN MUNDO EN DONDE SIEMPRE FUESE JUNIO
Esta frase no la dije yo, la leí en alguna parte, pero me la aplico al cien por cien. Junio es mi mes favorito con diferencia: por sus mañanas resplandecientes, las tardes interminables, la promesa del verano en perspectiva y los restos de frescura de una primavera aún reciente. Lo que no se ha hecho en Junio ya, casi siempre se posterga para Septiembre. La situación de todo el mundo no es igual, pero créeme, he vivido Junios muy chungos y en su momento toda esa luz de ahí fuera hizo que fuese más fácil mantener la esperanza. Junio carece de respuestas: lo que iba mal va a seguir probablemente yendo mal, lo que iba bien es fácil que siga yendo bien, ¡o tal vez no!, pero durante este mes me siento más inclinado a creer en los finales felices. Junio es azul y bajo este azul me es más sencillo tener fe , mantener la calma, recobrar fuerzas, cerrar los ojos, respirar hondo. Me es más sencillo vivir. Y ahí fuera, mi ciudad y su cielo cobran conciencia de su belleza y de pronto los mismos ...