viernes, junio 29, 2018

YO CREÍA QUE LOS GAYSES ERAN FEOS


Lo primero es contextualizar, como se dice ahora, y para que te pongas en situación hay que precisar que estos tiempos de los que te hablo eran los tiempos previos a mi "Amanecer Gay" ya tantas veces comentado -y con tanta chufla, por cierto- en este espacio. Tiempos primitivos en los que las vecinas tenían que bajar corriendo a recoger a los nenes de la calle cuando pasaba el triceratops y a la menor que te descuidabas bajaba el pterodáctilo y se te merendaba el chihuahua. 
Por aquel entonces era yo un adolescente muy poco prometedor de mirada bovina, flequillo en forma de chufa y menos personalidad que un gorgojo de la patata. Sin embargo y a pesar de esa notaria falta de interés que despertaba mi existencia personal, había vivido ya unos cuantos episodios desagradables de acoso escolar por ser amigo de "El Mariquita De La Clase" y quizás por eso o por quien sabe qué, a mi ni se me pasaba por la imaginación el que me pudiesen llegar a gustar los señores en un momento dado. Todo ese lado de la vida ( El Lado Gay ), era una nebulosa oscura,  más bien sórdida y que yo suponía que existía pero imaginaba limitada a ciudades grandes, zonas playeras o grandes metrópolis americanas tipo San Francisco y tal...
Mi Gran Amigo de este momento vital del que te hablo no era ya El Mariquita: ese terminó cambiándose de colegio el pobre, harto del bullying del alumnado y la pasividad del profesorado ante lo que era una persecución implacable. El Nuevo Gran Amigo era socialmente mucho más afortunado, tanto que hasta me integró en una pandilla de amiguitos ¡y amiguitas, mixta!... Con ello consiguió rehabilitar un poco mi imagen dentro de aquella jungla que era el rollo escolar con sus dinàmicas de roles dentro del grupo y todas esas mierdas gaitas de relaciones de dominancia, sumisión y agresividad. Esto me venía al pelo por cierto, porque al ser "el amigo del mariquita" siempre quedó en la conciencia popular la sospecha de "¿y si este también lo es?", y el empezar a dejarme ver en una cuadrilla con integrantes del sexo femenino me rehabilitó en parte a ojos de la jauría. Que el grupo andaba escaso de víctimas a las que dar leña para liberar tensiones y digamos que al Gordo de la clase y a mi se nos acumulaban los compromisos sociales de ese tipo, por decirlo de algún modo. 
Sin embargo ya ves, también gracias a Gran Amigo tuve un primer acercamiento al "Lado Oscuro Gay" que me reafirmó en mis convicciones previas:
A mi camarada le gustaba ir a pasar de vez en cuando la tarde  ( antes de quedar con las chicas, claro ) a unos cines de barrio de lo más cutres en los que por un precio modiquísimo, te ofrecían una sesión golfa con programa doble de una peli de acción extrema y otra peli guarri. La violenta ya sabes, mucho goterón gordo de sangre, mucho tiro y tal, y la guarri pues de esas pelis de ñaca-ñaca flojillas en plan "quiero-y-no-puedo" que por aquel entonces me parecían el no-va-más del rollo porno, pero era cosa de mi inmadurez porque no mucho después vi y sigo viendo en la tele cosas bastante peores y no se me menea una ceja.

Lo más interesante del cine no era por tanto la calidad cinematográfica sino otra cosa mucho más terrible, y es que el tugurio estaba lleno a rebosar de lo que Gran Amigo llamaba.....¡tatachán!....Los Viejos Verdes.
Estos eran señores mayorcísimos ( o vete a saber, igual ahora si los viese no me lo parecían tanto... quietoooo que me veo que voy a entrar en reflexiones deprimentes ); casi siempre iban ataviados con abrigos largos y empezaban a moverse por la sala en cuanto las luces se apagaban. Si te veían solo e indefenso, terminaban sentándose a tu lado, empezaban a palparte el muslo y luego....mi imaginación no daba para más, pero la de Gran Amigo por lo visto sí, porque en un gesto heroico y valeroso siempre me sentaba a mi en la butaca que daba al pasillo y él ocupaba la contigua, dejándome así a salvo de manipulaciones y tocamientos pero exponiéndose él al peligro con arrojo y gallardía.
¿Era espíritu protector o querría ser él quien disfrutase de los manoseos de una mano sin duda experta?...

No entraremos aquí en divagaciones sobre la orientación sexual de Gran Amigo, solo diremos que estos episodios me sirvieron para ver que los Gayses ( porque si a esos señores les gustaban otros señores, ¡es que eran gayses! ¡y estaban aquí mismo, en mi católica, apostólica y castrense pequeña ciudad! )...pues resultaba que  los Gayses eran hombres mayores, bajitos y bastante horripilantes.
Eso me resultaba totalmente lógico porque mi mente gorgojil (de gorgojo) razonaba así: estos pobres individuos eran tan-pero tan feos que no conseguían consumar su éxito copulatorio por el camino natural con individuas del sexo contrario, y por ello tenían que juntarse entre ellos a hacer cosas que mi yo-el-gorgojo no quería ni podía imaginar. ¿Ocurriría siempre así? Si pasado cierto número de años no habías conseguido aparearte con alguna congénere-gorgoja, ¿terminabas derivando inevitablemente a los Infaustos Abismos Homosexuales?

Quizás si Mejor Amigo no se hubiese empeñado en convertirse en escudo defensor de mi honra y mi virtud, habría entrado en contacto con alguno de aquellos tipos y ¡vete a saber!, igual mi historia hubiera resultado muy diferente de lo que fue después, pero aquello paso sin más pena ni gloria que tragarme en cada sesión cuatro horas de películas infumables y congratularme  al volver a mi casa de no pertenecer a ese lúgubre y calamitoso colectivo de los Gayses locales... 

Hasta que un buen día dos de las pencas muchachas que frecuentaban la pandilla se fueron de viaje de fin de curso a Ibiza -como parecía ser protocolario- y a la vuelta me hicieron la Gran Revelación: que en una de sus veladas vacacionales, como eran tan pencas andaban despistadas y la noche las confundía, acabaron metiéndose en una discoteca con público mayoritariamente gay, y "JO MAJO, QUE DESPERDICIO, CUANTO TIO BUENO DESAPROVECHAO".
"Como" dije yo pensando en un tugurio oscuro lleno de señores mayores con gabardina a pesar de los calores "Pero si los gayses son..."
"¡LOS GAYSES ESTÁN BUENÍSIMOS!" aullaron las dos pencas mis amiguitas y a continuación me enseñaron todas las fotos que se hicieron en el sitio aquel con un grupito de ellos con los que a pesar de su estulticia ( la de ellas ) acabaron confraternizando. 
Y ¡oh!, ahí estaba la prueba: unos tíos buenorros casi como actores de película, con camisetas llenas de aberturas para lucir bíceps, deltoides y abdominales, y unas sonrisas blancas que parecían querer decirme "¿has visto, PALETO? Ser gays ES ESTO".

Que conmoción espiritual.

Resulta que aquellos tíos perfectos, que podrían tener novia cuando quisieran e incluso ir renovando  la susodicha con frecuencia, PREFERÍAN MONTÁRSELO ENTRE ELLOS. ¿Como se explicaba eso? ¿Que razón había para ese comportamiento?, me preguntaba yo para un poco más tarde pensar "....¿y que hay de malo en pegarse un filetazo entre tíos tan estupendos?

El avance de las nuevas tecnologías y la posibilidad de acceder a toneladas de información y de tomar contacto con aquel Nuevo Lado Gay que se me presentaba, no hizo más que certificar lo que las pencas mis amigas me contaron: los Gayses mayormente invierten tiempo y dinero en el cuidado de su anatomía y por lo general, cada vez que en algún sitio había una concentración gay por motivos lúdicos o reivindicativos, la concentración de tíos buenos era elevada.
¿Sería entonces cuando comenzo a producirse Mi Amanecer Gay, cuando pude darme cuenta que el que le gusten a uno los tíos no implica tener que follar con señores viejetes sin quitarse las respectivas gabardinas?
¡Oh, Iluminación!
Según la verdad se hizo más ostensible y visible, más cuenta me dí de que esto no era solo una realidad, sino que además era una jodida tiranía: como no fueses joven, guapo y pudieses cascar nueces con los glúteos, estabas condenado al fracaso social y al abandono. La nueva visión de El Lado Gay De La Vida me mostraba -o eso creía ver yo- un colectivo formado por una gran mayoría de tipos obsesionados con el culto al cuerpo, al sexo y a la juventud y con menos profundidad espiritual y menos fondo que una chapa de cocacola.
Que no,, que esto no es exclusivo del mundo gay sino algo muy característico de la sociedad materialista intrascendente esta en la que vivimos ahora, pero con todo y con eso,¿quería pertenecer yo a ese mundillo de crueldad y superficialidad?... y si no me quedaba más remedio que formar parte ( porque esto no es el resultado de una elección sino que cada uno es como es y punto ), ¿me sentía orgulloso de pertenecer de ello?
Pues la verdad es que mayormente no. 
Ni orgulloso especialmente de formar parte del colectivo LGTZX-etc-etc que diría Mr. Mocho ( ay mi Mochuelo ande andará), ni de la especie humana en sí misma tan egoístona y tan centrada en abastecer sus necesidades y consumos inmediatos y pasándoselo todo por el forro...
No me voy a meter en más telares como dicen las abuelas porque esto no acabaría nunca, empecé pretendiendo hacer un post nostálgico sobre mi prehistoria gay y he acabado emputecido con el mundo, el sistema y la forma que tenemos los terráqueos de hacer las cosas. 
Voy a dejar esta canción retro que me pega un poco con el tema del día... 



... y nada, que tengas feliz orgullo.