DESPEDIDAS
Hoy es el último día, y aunque sabíamos que llegaría y hemos previsto este frío como el cambio en la luz de los días nos hace presentir el invierno, estoy tan absolutamente helado que siento detenerse mi corazón. Estamos recogiendo nuestras cosas, sin hablar. No soy capaz de leer en tus ojos lo que piensas, tu mirada casi siempre está baja y cuando no lo está rehuye la mía, como si te resultase difícil de contemplar, como si no quisieses verme. Quisiera saber qué cruza por tu mente, si te duele como a mi, si intentas comprenderme, si desearías convencerme para que lo dejase todo y no nos marchásemos. Quisiera saber si yo tendría el valor suficiente para decirte que sí. Cuando hemos terminado al fin me miras a los ojos y lo que veo allí me duele tanto en el alma y en el pecho, es casi un daño físico, duele tanto que de modo irracional me llevo la mano allí y la miro un momento como si esperase verla manchada de sangre. Cuánta tristeza... En ese momento me cercioro de que Dios no existe,...