DIA DE DIFUNTOS
Víspera de Todos los Santos, de noche. En el cementerio hay un follón de cojones, y yo, como muerto reciente que soy, ando despistado porque no me explico esta movida. Cuando cruzas la línea todo lo del lado de allá como que se te desdibuja un poco y si guardaba alguna cosa en la memoria desde luego no tenía nada que ver con el asunto este. La cuestión es que cuando me despierto ( o mejor sería decir "cuando retomo conciencia de mi" porque los fiambres propiamente no dormimos ), todo el difunterío que por lo general permanece yacente emitiendo suspiros está revolucionado yendo y viniendo, charlando unos con otros y haciendo porras para ver quien acierta sobre el número de parientes vivos que van a ir a visitarlos. El chistoso de turno, un tío al que no sé si tuvieron la idea de enterrarlo con chistera o realmente es que él se recuerda a si mismo tal cual con frac y pajarita, se me acerca con una libretita y dándome una colleja pregunta: - ¿Y tu que? Vamos chaval,...