Volando a ras de suelo

En su momento, hace un par de años ya, dediqué durante toda una semana una serie de entradas a Sinèad O'Connor y por tanto no voy a decir una palabra más salvo lo que digo siempre cuando sale el tema de esta mujer: no me canso nunca de admirar a la gente que no hace lo que se espera de ella, sino que se mueve atendiendo a los dictados de su cuerpo y su corazón sin importarles nada más que ser fiel a si mismos. Y como consecuencia lógica admiro mucho más a la gente que no se rinde y después de haber hecho lo que sentían que debían hacer, sobreviven a ese machaque al que les somete la opinión pública y lejos de asustarse siguen  haciendo y siendo ellos mismos. Sinèad es un buen ejemplo de integridad y de hacer lo que entendía en cada momento que era lo más honesto y sincero consigo misma. A veces se ha entendido su mensaje y a veces ha inspirado deseos de salir corriendo en dirección contraria, pero siempre ha transmitido como mínimo autenticidad. Yo mismo admirándola como ...