DE LEVI Y LA IMPACIENCIA Y LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ
Hoy, con la llegada del frio siberiano, llega también mi periodo de descanso invernal. Y ya estoy preocupado por como emplearlo para evitar la sensación de tiempo perdido que me queda al final si no hago de provecho nada más que holgazanear y dormir doce horas diarias...pero entretanto es también el momento de liberar a mi querido Levi, no sin el estrip-tiss prometido que era condición no negociable para la apertura de su celda bloguerística. Qué quieres que te diga, estoy encantado. Me encuentro en un estado en que lejos de sentirme motivado y deseoso de escribir, estoy buscando cualquier buena excusa para ahorrarme tiempo y palabras. Y el Levi en pelotas, aunque no hayamos aproximado pareceres y espíritus él y yo, es una excusa estupenda, jeje... Lo malo es que no es cosa de hoy, es que creo que cuanto más viejo me hago más pierdo la capacidad de escribir, la capacidad y las ganas, y el decorar mis espacios virtuales con hombres desnudos es una buena forma de rellenar y s