PEQUEÑAS DOSIS DE BUEN ROLLO
En los tiempos en que la realidad circundante se torna nada halagüeña o poco estimulante, está comprobado que sumergirse en el ciberespacio supone una alternativa que puede conseguir hacer más llevaderos momentos de crisis. Cuando lo hago siempre me da la sensación de ser un pez en una pecera y ver la vida de los otros desde el otro lado de un cristal, pero aún así esa visión parcial del mundo de esos otros es una experiencia que te permite durante unos minutos vivir ( disfrutar / sufrir ) vidas ajenas y plantearte también tus propias carencias personales... Tengo un hermoso ramillete de caballeros ( también hay damas en mi lista pero casualmente son ellos los que más me aportan ahora el mencionado buen rollo ) a los que acudo en busca de esta vida no propia, cada uno con su personalidad y que aportan la dosis exacta de su propio aroma y sabor para rescatarme de estos ratos en que la insipidez y el blanco y negro parecen adueñarse de mis días. No es cuestión de repasarlos uno a uno ...