SAN FRANCISCO
Durante todas estas semanas de confinamiento ( este que parece ya toca a su fin ) , he hablado muy poco del encierro en sí mismo, en gran medida porque he supuesto que tanto el lector como yo estábamos ya hasta los huev un poco fatigados de tanto oír y hablar de encierros, virus y pandemias. Parecía mucho más apropiado para mí y para ese lector tratar temas más livianos ¡aunque sin duda trascendentes! como por ejemplo ejecutivos acomodándose el paquete en el autobús o los problemas de retención urinaria dentro del servicio de caballeros. Imagen causante de como mínimo un importante desasosiego en mí mismo. Ainsssss como andamos... Eso no quiere decir que no haya pasado yo aquí mi pequeño calvario personal con todo esto, ni que no le haya dado un buen número de vueltas a las cosas. (...¿a qué cosas?...a TODAS las cosas, me parece ) Pero por fortuna no tardando mucho se produjo en mí una especie de no sé si llamarlo catarsis, trascendencia o metamorfos...