EL AÑO DE LOS PATITOS
Este año de tanto pato...¡lo empecé con super mala pata! La progenitora inauguró su año personal con un accidente doméstico, el cual ha propiciado que los demás (es decir, nosotros sus cachorros) lo inauguremos con unos cuantos días de guardia hospitalaria para acompañarla y ayudarla en sus cosas. ¿El lado positivo? Si, también lo hay, y es que gracias a este tema he comenzado el siempre penoso aterrizaje post-Christmas tirándome una semana sin trabajar. Claro que no ha sido una semana precisamente de asueto pero ¡no sé!, he llevado inquietantemente bien la puesta patas arriba de todas las rutinas cotidianas. Ahora que ya se restaura la normalidad en mi vida ( tras estas navidades loquisimas en las que los contagios coronaviricos alcanzaban cifras de locura y a todo el mundo parecía que le daba igual porque a estas alturas la gente está hasta el gorro de pandemia ), tengo que empezar a ponerme las pilas, quitar los adornos navideños y plantearme: ¿Tengo algún propósito para el año...