DE LA INEVITABILIDAD
Te puedes quejar. Es algo indiscutiblemente humano y además, si de pronto no estuviese permitido, creo que habría quien explotaría como un enorme fuego de artificio. Te quejas. Porque tu casa no es la que debe ser. Porque tu trabajo no es el que habías soñado. Porque no tienes trabajo. Porque trabajas demasiado. ( y es que el trabajo a menudo ocupa el "hit-parade" de las lamentaciones )... Te quejas porque no tienes amor. Porque el amor que tienes no es el que esperabas. Porque el amor casi siempre es algo demasiado grande para acomodarse al imparable devenir de la vida de las personas, y no puede ofrecernos soluciones perfectas porque ni tu ni yo somos perfectos. Pero en definitiva, te puedes quejar porque las cosas no son lo que tenías pensado, porque nuestra existencia cotidiana nos aprieta demasiado aquí y nos roza allí como un mal zapato. Sin pensar que es inevitable, que desde que nacemos modelamos nuestro lugar como lo hace el mar con las rocas de la costa, de un modo....