UNA VIDA SIN EXPECTATIVAS
En ocasiones lo más complicado de la vida no consiste en afrontar las situaciones imprevistas que nos golpean sin avisar. A menudo lo más difícil es el enfrentarse a la eterna repetición: los días sucesivos, las rutinas implacables, lo que sucede una y otra vez de la misma manera hasta el punto de confundir nuestra existencia en una mancha gris, dentro de la cual nos olvidamos hasta de nosotros mismos… dejamos nuestra alma y nuestras ilusiones en un cajón cerrado, permitiendo que las horas resbalen sobre nuestra piel con una absoluta insensibilidad. Con insensibilidad pero también sufriendo el repentino dolor que nos asalta cuando miramos nuestras manos y buscamos sin encontrarlo el tiempo perdido. A veces miraba a mi alrededor y me parecía encontrarme en el medio de un océano en calma total, bajo un cielo azul vacio y desolado, mi vida como un velero inmóvil y rodeado de otros tantos veleros semejantes. Esperando el momento en que el agua y la sal terminasen por comer sus tablas para...