El mundo es un lugar maravilloso.
Todos mis enojosos problemas de Enero parece que van resolviéndose en Febrero, el sol brilla, el cielo está azul y ¡maravilla! estoy disfrutando de mis famosas vacaciones invernales: ocho días de asueto en los que no voy a viajar a ningún lado porque estoy sin blanca y porque lo que me apetece de verdad es no hacer nada, solo descansar, ver a Ru Paul y sus chicas ( que está en pleno desarrollo la temporada 15 y además tenía pendiente el "Drag RACE Italy": so many drags, so little time como decía la canción, jeje ), comer y dormir ( mucho ) y sin ningún plan en mente, o todo lo más el de coger un par de kilos.
Y para colmo hoy es San Valentín, esa fecha que tanto escepticismo despierta en la mayoría con los repetidos argumentos de siempre: que si es una horterada, que es pura campaña comercial para hacernos gastar dinero, bla-bla-bla...
...venga hombre, hay que ver San Valentín como lo que en realidad es: ¡un salvavidas, joer!, San Valentín es una tabla de salvación para no ahogarnos en ese mar de rutina y aburrimiento que se extiende desde que se acaban las navidades hasta que llega la siguiente fecha medianamente entretenida como puedan ser las vacaciones de Pascua.
Para mi, que soy muy de celebrarlo todo ( aunque luego esté aquí despotricando de todo como un amargado de la vida y defendiendo las virtudes de no hacer nada ), es el momento ideal para hacer algo distinto que puede conllevar gastar dinero ¡o no!, y puedo hacerlo en compañía de Sex-Machine o puedo celebrar conmigo mismo, que me quiero mucho y me merezco decírmelo de vez en cuando y darme un caprichito. Estoy llevando una éxitosa campaña para desengancharme del chocolate, pero un día de debilidad lo tiene cualquiera...
Así que, dado mi estatus vacacional, voy a dedicar mi día del amor a darme mucho amor a mi mismo, prepararme mi comida favorita, oír música insoportablemente romántica, conseguir una dosis prudente de mi chocolate ideal para poder zampármelo sin remordimientos y, al anochecer, quemar las calorías acumuladas durante el día con ayuda del Sex-Machine.
Cuando pensaba qué canción me parecía apropiada con la que obsequiarte tal día como hoy he dudado mucho,¡claro!, porque el tema por excelencia en el universo de la música es el amor y hay miles de fantásticas canciones para demostrarlo. Pero como esta en concreto parece un poco dedicada a esos escépticos-san-valentinescos antes mencionados y ella está grandiosa con ese rollo en plan Françoise Hardy ( dale clic si no conocías a Françoise que era too much ) a la española que se gastaba, pues ahí te va, en vivo y sin anestesia:
¡Feliz San Valentín!
Cómete por lo menos un bombón...¡o una fresa!...venga, hazlo por mi :-)
