miércoles, enero 23, 2019

AZUL DE ENERO

Enero está resultando tan árido e inhóspito como cabría esperarse de un mes tan poco acogedor como el primero del año. Todas las rutinas cotidianas estaban esperándonos ahí a la vuelta del despiporre navideño, acompañadas de una carestía económica también la mar de inhóspita ( mejor no os cuento o vais a organizar una recogida de fondos pro-salvarme de la inminente caída en el mundo de la prostitución masculina de alto standing en busca de sustento para mi supervivencia... eh,¿de verdad haríais eso?...porque si fuese así, me arranco con las lamentaciones, jejeje...)
...y aparte de la escasez de fondos, del agobio laboral y la depre post-navideña, ¡que mal tiempo hace! A mi, que soy de espíritu solar y lagartijero, estos días cortos y estos aires polares me dan ganas solamente de meterme en la cama, hacerme una bola y esperar bajo las mantas la llegada de la primavera así, en hamster-mode total...
Sin embargo Enero a ratos también es azul, y aunque no sea ese azul radiante y luminoso del verano que da como alegría de vivir, pues también tiene su "aquel". Es un azul contenido, más claro, más desvaido y más frío, solidario y en consonancia con los pobres seres humanos que bajo esa luz tan pálida intentamos sobrevivir al invierno de esta tierra tan duro y descarnado. 
Como muestra de ese azul, ahí te va este "botón" visual... 

... y yo otro día te cuento un poco más.

Entretanto, feliz recta final de Enero y si andas un poco gris por dentro como yo, ¡ánimo! y piensa que lo mejor del año no ha terminado,  lo mejor ¡todavía está por llegar!.....¡¡¡puaj!!... ¿he dicho yo eso?...ay cuanto daño me han hecho esos libros de auto-ayuda que tanto le gustaban a Bridget Jones...

jueves, enero 10, 2019

EL DESPIADADO MUNDO POST-CHRISTMAS


El post en principio estaba pensado para ser publicado el día de Reyes, pero ya en su momento dudaba si podría hacerlo justo entonces o si se demoraría un poco más. A la vista está que se demoró, porque siendo como es el día de Reyes casi mi momento más favorito de las navidades, estuve luego tan entretenido que no me dio tiempo a rematar el asunto. Porque tal día como ese, despreciando las políticas anti-consumistas que los modernetes-antinavideños practican en estas fechas, pongo auténtico empeño en hacer de Rey Mago con mis allegados -cosa que me encanta-y también tengo que ver si Sus Majestades se han acordado de mi y dejándome alguna cosilla ( que por cierto fueron muchas, jejeje. ).
...total, la cosa se pospuso, y os perdistéis el tema del día  ¡que era una reflexión! ¡Que este ángel también reflexiona!, no te creas que en mi vida todo son chulánganos, música chochipopera y visitas al bazar chino a comprar tupper-güers para transportar mis creaciones culinarias ( aunque bien es cierto que todo eso me ocupa GRAN parte de mi precioso tiempo libre ).
¿Y reflexión a propósito de qué?
Pues a que se acaban las navidades, toca dejar definitivamente atrás el proceso del cambio de año, olvidarse un poco del 2018 y afrontar el 2019 con ganas y optimismo. No quiero decir con esto que el 2018 haya sido un año a olvidar, pero como te decía en el post anterior, fue el año de aprender a sacar lectura positiva de las cosas que me iban sucediendo. Compréndelo, el 2017 fue "Mi Año De La Flor En El Culo": todo lo que podía salir bien o mal, ¡terminaba saliendo bien!, de una manera casi-casi milagrosa que me hizo creer en potencias estratosféricas que cuando tienen el día bueno velan por nosotros y se ocupan de manipular los hilos de nuestros destinos para que todo sea estupendo ( eso sí, que te pillen confesado si tienen el día malo, jejeje ). En el 2018 todo ha sido más normal: las cosas a veces han salido bien y otras no tanto, pero he tenido una mentalidad muy buena para esto de ver el lado bueno de todo y la botella medio llena en vez de medio vacía. 
También ha sido otra vez un año que ha pasado sin enterarme  (¡qué rápido corre el tiempo madreeee!) y también una vez más, ha sido el año del inmovilismo, para bien y para mal: todo lo bueno y lo menos bueno que hay en mi vida estaba ahí´al comenzar Enero y seguía ahí al terminar Diciembre. El único cambio llamativo y reseñable ha sido mi pérdida monumental de peso...a ver, "monumental" no, joer, que tampoco es que yo fuera antes la elefanta del circo, leches, pero he perdido mucho y eso me ha hecho sentir más a gusto dentro de mi pellejo y ha mejorado mi autoestima. Que si vas a ver es un poco triste que la autoestima de uno dependa de cosas tan banales como el tener mejor o peor aspecto físico, pero así ha sido. También me he reafirmado en postura ideológica veganista a pesar de la abundante incomprensión e incluso rechazo que encuentro a diario en mi entorno, porque resulta que a la gente no le vale con que yo no haga campaña de ningún tipo y me limite a comer lo que quiero sin dar explicaciones a nadie: es que hay quienes hasta se sienten ofendidos en algún principio primitivo suyo interno al verme rechazar un filete, un trozo de chorizo o una rodaja de morcilla aunque no sean ellos los que me la ofrecen. Por fortuna son los menos y el resto me dejan vivir, ainssss...
El 2018 fue también mi año de desubicación musical, y prueba de ello es la lista de "canciones más oídas" que me regaló el Spotify al terminar el año: el fenómeno "OT" de la primera mitad del año y mi verano de incursiones en el "trap" y el rollo reguetonero-electro-latino, han conseguido que sea una lista de la que me avergüenzo yo mismo, jajaja. Como pequeña muestra de ello, este temazo que tiene la propiedad de ponerme instantáneamente de buen humor aunque quizá para ti tenga el efecto justo contrario:



Tras esta reflexión más bien escueta y esa muestra de buen hacer musical de Sofía, Jason y el otro, toca hacer los buenos propósitos de Año Nuevo. Precisamente por ellos me preguntaron ayer por la mañana en clase de alemán, obligándome a recapacitar y ¡reflexionar más! hasta conseguir una lista muy parecida a ésta, con tachaduras incluídas:

...naaaaa, en serio, mis propósitos para este año no son más que perseverar en los buenos hábitos de vida que he iniciado este año pasado y tratar de termiarlo como mínimo igual de bien que lo he empezado, si no un poco mejor.
Y por supuesto, escribir un poco más por aquí.
De momento, toca hacer acopio de energías para enfrentarse al despiadado mundo post-navidad en el que la rutina, el frío y la escasez de alicientes parece que se lo comen todo y le hacen perder a uno un poco ese necesario espíritu aventurero de pretender enfrentar el año como un océano desconocido lleno todavía de posibilidades por descubrir...
...ese, ese mismo espíritu tan fácil de olvidar cuando suena el despertador por la mañana, recuerdas toda la semana dura llena de obligaciones que tienes por delante y descubres que la temperatura ahí fuera es de cero grados justos...
¡Feliz mes de Enero a todos!