DIARIO NAVIDEÑO: CON LOS CAMELLOS Y LOS BALDWIN A VUELTAS
Un año más, el que SS.MM. los reyes de oriente no den abasto para atender sus múltiples obligaciones planetarias y los adultos debamos andar parcheando los huecos que les quedan en sus menesteres, es una pesadilla. Provoca estrés, acelerones, empujones, conlleva aguantar colas, armarse de paciencia y conformarse con las sobras en todas las tiendas porque, un año más, lo dejaste todo para el final, y un año más vuelves a lamentarte de lo mismo. Peeero, así es la vida o así es mi vida al menos, como si cabalgase la pata-que-pinta de un enorme compás que traza círculos y cada año me deja en el mismo sitio en donde estaba el año anterior. En determinadas cosas, se agradece, porque la vida es tan incierta y hay tantas posibilidades de desgracia por ahí fuera que el poder revivir circunstancias, celebraciones y momentos en el mismo estado vital y con la misma gente querida en torno a uno pues es bueno, que caray. Me supongo que en la trayectoria vital de las personas todos andamos en la ju...