Volando a ras de suelo

Ya lo sabía yo. Que este momento algún día iba a llegar, digo. Mi prototipo de hombre ideal siempre ha sido un tío de cuarenta para arriba ( pero no muy arriba, no nos entusiasmemos amigos septuagenarios ), bien conservado, machote y experimentado con quien revolcarme a gusto y experimentar la versatilidad en todo su maravilloso y amplio abanico de posibilidades... ¿Qué es el amor? Tú, yo y un lugar donde revolcarnos... ¿Qué está pasando ahora? Algo que ya venía yo anunciando y que cada dos por tres se me va confirmando: cada vez veo tíos más jovenzuelos que me ponen verraco  encuentro interesantes. No quiere esto decir que me hayan dejado de gustar los maduros morbosetes -es más, me encantan- pero de pronto se ha despertado en mí un no-sé-qué que me hace sentir pronunciados impulsos sexuales hacia tipejos que andan en la franja de los veintitantos. Ejemplo práctico: Una de las cosas con las que he perdido un precioso tiempo vital durante estas vacaciones ha ...