Volando a ras de suelo

Nuestra historia - la de Taylor y yo - no empezó con buen pie.  En un primer momento omití voluntariamente su figura, quizás porque sentía que era una alternativa ñoña más dentro de un espacio ( en concreto el espacio de "chica americana intrascendente con ganas de impactar")  que a mi entender ya estaba de sobra cubierto por Britney,  Cristina Aguilera y alguna  petardilla más. Tampoco me parecía tener excesiva presencia en el panorama musical español, al menos el que yo auditivamente frecuentaba y además  lo que escuchaba de ella me parecía un poco plano, c on todo lo cual me era fácil como decía al principio "pasarla por alto".  Después al enterarme que era muy buena amiga de mi querida Selena Gómez ( que por cierto, ¡menudo gallinero de ídolas tienen montado al otro lado del Charco! ), la rescaté un poco de mi desinterés y empecé a seguir sus avatares musicales con cierta curiosidad... y luego ha venido una cosa detrás de otra: esa increíble...

No tenía intención de escribir nada sobre Eurovisión, de hecho y aunque parezca increíble dada mi sequía intelectual habitual, tenía hasta otro post medio preparado para mantener el blog actualizado (sobre una figura del mundo del espectáculo que no admite medias tintas, o se la ama o se la tiene por una ZORRA de campeonato...bueno quizás las emociones no son tan vehementes por lo menos por estas latitudes...pero no quiero autospoilearme, jejeje ). La razón de no escribir sobre el tema era principalmente la de que este año he estado bastante ausente de todo lo referente al concurso: participantes, galas, etc, etc...,  y no me veía yo con autoridad suficiente como para poder decir nada a propósito de un tema del que no tengo ni ZORRA idea. Pero lo que sí que me ha alcanzado ha sido la polémica y ligera revuelta social que se ha formado al enviar un tema con la palabra ZORRA como título y carta de presentación. A mi Sex-Machine le encanta la canción y cuando se pone a bailarla cad...