SOBRE PONER LOS PIES EN EL SUELO
Lo imaginaba así. Yo, tumbado sobre la hierba mirando las nubes perseguirse por el cielo, el sol calentándome la piel, las manos cruzadas sobre el pecho sintiendo latir despacio mi corazón ahí dentro. Tu rostro que aparece sobre el mio proyectando su sombra en mis ojos. A duras penas distingo tu sonrisa, brillante aún sobre el resplandeciente azul de fondo. Levanto mis dedos, acaricio tu mejilla, entonces te reclinas poco a poco hasta posar tus labios sobre los míos. No alcanzaba a ver mucho más, ( y no me estoy saltando las partes calenturientas, que conste ), esa era simplemente mi imagen del amor. Un lugar hermoso, un instante de paz, una brizna de ternura, y el sentimiento de no querer estar en ninguna otra parte porque estoy justo en donde deseo estar. Así de sencillo y así de bonito. Luego en estas cosas pasa como con todas las ideas que se llevan a la práctica, que cuanto más se van materializando menos se parecen al original. De lo que se trata, pienso, es de no ser demasiado c